• Los resultados de 2017 no aclaran el futuro del banco.
  • Lo mejor: la solvencia, que está en niveles de confort.
  • Y la revalorización del 20% de la cotización en los últimos dos meses.
  • Pero la bolsa nunca ha sido la solución para un negocio que no levanta cabeza.
Una vez pasada la semana de presentación de cuentas de los cinco grandes del sistema financiero español llega, lo que yo denomino, el momento de los candidatos, esto es, las entidades que, aunque después de lo del Popular, candidato puede ser cualquiera que se cruce en el camino de la JUR, son las que están siempre con mayor insistencia en las páginas salmón con titulares de opción de venta o fusión. Esto es lo que parece preparar la entidad malagueña, que en el mes de enero anunciaba el inicio de trámites para la fusión de su filial España Duero, de la que ya había devuelto por anticipado la totalidad de las ayudas recibidas y comprado la participación que poseía el FROB. Tanto movimiento puede tener como objetivo poner un lacito de adorno para, bien vender una participación, bien para ponerla en el escaparate de absorciones que parece que se ha abierto de nuevo, o puede ser una maniobra defensiva frente a esta última opción. Mientras, los resultados cerrados al 31 de diciembre de 2017 publicados este martes, han seguido en la línea de los que hemos ido conociendo a lo largo de los anteriores trimestres. El resultado neto del ejercicio ha sido de 138,4 millones de euros (M€), un 2,5% más que en 2016. La composición de este resultado es atípica a las cuentas que hemos visto hasta la fecha, ya que la práctica totalidad de los grandes bancos han visto cómo los márgenes de intereses han crecido. En el caso de Unicaja continúa en caída (-6%), que la entidad explica por la evolución del euribor en el año y la repercusión de las reclamaciones por cláusulas suelo de sus hipotecas. Las comisiones crecen un 6,1%, en la línea del resto de entidades, pero la reestructuración de la cartera de seguros de vida ha dado como resultado una caída del 80,2% en otros ingresos, lo que hace cerrar el margen bruto con un retroceso del 8,5% respecto al ejercicio anterior. Si son asiduos lectores de mis artículos pueden imaginarse lo que pienso cuando una entidad financiera llega al margen de explotación antes de saneamientos con un 15,9% menos que el ejercicio anterior (-69M€), más si el capítulo de gastos ha sido capaz de ajustarlo en -43M€. Mal va el negocio. Lo que resta de la cuenta de resultados dependerá mucho de la calidad de la cartera de créditos e inversiones y de la capacidad de generar ingresos atípicos. La primera -la calidad de la cartera de créditos- parece que es un punto fuerte de la entidad, ya que ha sido capaz de reducir sus activos no productivos en 1.201M€ (-20,8%), 505M€ por activos dudosos y 696M€ en activos adjudicados, lo que deja el saldo de activos no productivos en 2.710M€, para los que mantiene una cobertura del 56% y supone un ratio de morosidad del 8,7%, que es inferior a la de 2016 en un 1,1%. En el total del balance, estos activos no productivos netos de coberturas suponen un 3,6% de sus activos. Respecto a la segunda -capacidad de generar ingresos atípicos-, a pesar de que ha recortado las pérdidas que presentó en 2016 de 100M€ en un 44,5%, no debe ser la solución la recuperación de ratios como el ROA, que se ha situado en un 0,2%, o el de eficiencia que, a cierre de 2017, se encuentra en el 59,2%, 3,2pp más que en 2016. Por lo menos, los dos ratios de solvencia, 'por si la JUR', están en unos porcentajes de confort: CET1 phase in (14,6%) y CET1 fully loaded (12,8%), ambos por encima de los registrados en 2016. En cuanto a la liquidez, el ratio loan to deposits (LtD) es del 75,9%, y el otro de liquidez, el ratio de cobertura de liquidez (LCR) es del 701%, con activos líquidos disponibles que suponen una cuarta parte del balance total. La acción de la entidad que en 2017 inició su cotización en bolsa, ha conseguido una revalorización del 20% con una cotización entre 1,3 y 1,4 euros en los últimos dos meses. Está claro, la bolsa nunca ha sido la solución para el banco que preside Manuel Azuaga y que sigue dirigiendo el histórico Braulio Medel (en la imagen), ahora en la fundación bancaria Unicaja. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com