Un obispo italiano ha denunciado la arbitrariedad y la dictadura que supone dejar a los fieles católicos sin el derecho fundamental al culto, durante la pandemia del coronavirus. Algo que ha ocurrido en diversos países, como la propia Italia o España, donde, aunque no estaba prohibido formalmente, en la práctica se usaba a la policía para coaccionar a los ciudadanos para que no fueran a la iglesia por medio de multas e interrogatorios.   

El obispo se ha dirigido al el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y ha asegurado que la iglesia "no es un foco de contagio". "Nosotros somos personas serias, nos preocupamos por la salud de la gente, es un derecho de la gente ir a la iglesia. Por lo tanto, es arbitrario, es propio de una dictadura impedir el culto, que es uno de los derechos fundamentales".

"En los funerales, los tiraban así, como a los perros. La gente ha sufrido. Déjennos, nosotros sabemos cómo actuar. Nosotros tenemos en el corazón el amor por la gente. No se preocupen, no somos superficiales, nuestros sacerdotes han demostrado ser serios. Recuerden al sacerdote que tenía seis personas y los carabineros han entrado allí, han visto con cuánta seriedad trabajaba".

No se preocupen, no somos superficiales, nuestros sacerdotes han demostrado ser serios

"No necesitamos que se nos otorgue el derecho al culto, y si no nos lo otorgan, lo tomaremos y si lo tomamos es porque es nuestro derecho". "Y si yo me arriesgo a tener en calma a la gente es solo porque amo a este pueblo y esta gente está cansada". "Ayudar a la gente con la oración significa tenerlas más calmadas. ¿No saben cuánta gente recurre a nosotros por las perturbaciones psicológicas de este momento?", se pregunta el prelado italiano.

"Tenemos necesidad de recuperar el espacio de libertad. Y la iglesia quiere ser un espacio de libertad y esperanza", ha añadido.

"No necesitamos favores de ustedes (los políticos), tenemos necesidad de reivindicar un derecho y este derecho es reconocido no porque nosotros lo estemos reivindicando sino porque es así", ha concluido el prelado.