• Lo destapa el informe anual de la Fundación Gates sobre 'acceso a los fármacos': cuestiona la conducta ética de 18 de las 20 grandes.
  • El estudio destaca también los retrasos interesados en la comercialización y las prácticas contra la competencia.
  • En 2014, Glaxo pagó una multa de 400 millones por sobornos en China y Servier otra en Europa de 331 por 'frenar' un genérico cardiovascular.
  • Pfizer, Novartis, Johnson & Johnson también han pagado sanciones millonarias por los mismos motivos.

Las grandes farmacéuticas atraviesan un momento de estancamiento. Basta echar un vistazo a los resultados en 2014 para hacerse una idea. Son empresas con un modelo sólido de negocio, pero venden menos por dos motivos: la mayor competencia de los medicamentos genéricos o la expiración de patentes que comercializan. Paradójicamente, esta interferencia en los beneficios es la que ha llevado a varias multinacionales del sector a apuntarse a prácticas poco 'honorables' como el soborno, acuerdos sospechosos entre ellas para evitar que la comercialización de fármacos o a bloquear la entrada de medicamentos genéricos. Veremos después algunos ejemplos. También se ha hecho eco de ello, la corrupción en las grandes farmacéuticas, el informe 'The Access to Medicina' (el acceso a la medicina), financiado por la fundación del ex mago de Microsoft y su esposa, Bill y Melinda Gates, al que añaden su firma el departamento británico de para el Desarrollo Internacional y el Ministerio holandés de Asuntos Exteriores. Este  índice, que se publica desde el año 2008, compara los datos de las 20 principales farmacéuticas a través de los distintos países en los que actúa, los fármacos y las enfermedades.

Hacíamos mención al momento de estancamiento de las farmacéuticas al constatar que empresas como Pfizer, Novartis, Roche, Merck… se estancan: facturan y ganan menos. Esa es la razón que ayuda a comprenden también, paralelamente, cómo, después de años de un parón en las partidas para innovación, algunas de las grandes, como Merk, Bristol-Myers, Roche o Astrazeneca se hayan empeñado a fondo con nuevos fármacos contra el cáncer o la hepatitis C, abriendo una vía de negocio en el sector. El Financial Times lo interpretó como un regreso al juego de las grandes farmacéuticas.

El informe de la fundación Gates destaca, entre otros aspectos, que 18 de las 20 multinacionales que analiza se apartaron de su 'código ético de conducta' y tuvieron que pagar multas por anomalías o retrasos en la comercialización de medicamentos, casos de soborno o vulnerar las leyes de la competencia. Y lo mismo cabe decir de la información que dan sobre las patentes y su expiración, algo muy útil para los enfermos y los fabricantes. El informe repasa, además, compañía por compañía, otro modo de seguir esta industria.

Encajen ahí la multa de 400 millones de euros impuesta en China en septiembre a la farmacéutica británica GlaxoSmithKleine (GSK) por pagar sobornos en el país asiático y la condena a penas de cárcel a algunos de sus directivos por 'animar' en ese sentido a funcionarios del Gobierno y médicos para aumentar sus ventas. Por ese mismo motivo, la Justicia americana impuso otra sanción de 60 millones a Pfizer por sobornar a médicos, reguladores y funcionarios.

Pero la cosa no queda en los sobornos. En julio del año pasado, otro ejemplo, la Comisión Europea multó con 331 millones a la farmacéutica francesa Servier por bloquear la entrada en Europa de la versión más barata de un genérico cardiovascular. Los cinco fabricantes que pactaron fraudulentamente pagaron otros 97 millones de sanción.

Por igual motivo, Bruselas sancionó también con 10,8 millones de euros a la farmacéutica americana Johnson & Johnson (J&J) y con 5,5 millones a la suiza Novartis por pactar un acuerdo ilegal en 2005 para retrasar la comercialización en Holanda de una versión genérica de un analgésico similar en efecto a la morfina para los pacientes de cáncer.

En fin, la lista es muy amplia, como la de las conductas irregulares.

Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com