• Porque en Internet hay quien crea información y quien copia y pega.
  • El extraño 'caso Google' consiste en esto: vende publicidad con la información que plagia a otros.
  • Ahora bien, el problema de Bruselas es que pretende abordar el copyright intelectual desde la libre concurrencia comercial. Y eso no es posible.
  • En lo del sistema Android, algo mucho más material y prosaico, no me meto: eso sí es terreno para la libre concurrencia.
  • Por cierto, que uno de los reclamantes es Microsoft de Gates, cuando el caso Android se parece, como una gota de agua a otra, al caso del navegador Netscape.
Grandes titulares: la Comisión Europea multa a Google con 6.000 millones de euros. A partir de aquí viene Paco con la rebaja. Se trata de una primera toma de postura, para acongojar, antes de que empiecen la negociaciones… con la propia Google y con el gobierno norteamericano. No olvidemos que Google es uno de los grandes financiadores de los demócratas y, curiosamente, la empresa amada del presidente Obama. Ahora bien, ¿cuál es el argumento de la UE? Pues su posición de dominio como comercio electrónico puede destacar sus productos en detrimento de los ofrecidos por la competencia. Ahora bien, Google es, ante todo, un buscador y un emisor de publicidad. Durante el último trimestre de 2014, la publicidad representó el 89% de sus ingresos, sobre una facturación anual de más de 60.000 millones de dólares. Ahora bien, la UE no puede entrar directamente en el éxito de una empresa que, gracias a sus muchos visitantes (el 90% de los internautas europeos utiliza Google como buscador) y, en consecuencia, vende publicidad a troche y moche. Entonces, ¿por qué le amenaza con una multa del 10% de sus ingresos (6.000 millones)? Pues porque considera que como tiene una posición de dominio en información, no es compatible con la mercantilización de su actividad. El argumento es bueno, porque, en efecto, el problema de Google es que vende lo que copia a los creadores de información y vende la publicidad como si esa información la hubiera hecho él. Ya saben: en Internet los hay que crean y los hay que copian pero Google vende lo que copia mejor que los que crean. Ahora bien, esos no son parámetros de libre competencia, sino de 'copyright' intelectual, un terreno mucho más esquivo. Por eso, la Comisión Europea, en un salto mortal argumental, viene a decir: sí, oiga, pero como a ustedes se les lee mucho, en Google Shopping pueden vender sus productos con ventaja sobre sus competidores, así que… 6.000 kilos. Un poco forzado, ¿verdad? En lo del sistema Android, algo mucho más material y prosaico, no me meto: eso sí es terreno de libre concurrencia y ahí las autoridades antimonopolio europeas sí pueden y deben actuar, al igual que deben actuar cuando los jetas de los 'over de top' (Google, Facebook, etc.) pagan menos por las infovías a las telecos que el señor de la calle, la famosa neutralidad en la red. Obama, por ejemplo, ha optado por Google y contra las telecos americanas, tipo ATT y Verizon. Por cierto, hablando del sistema operativo Android para móviles y tabletas: uno de los denunciantes de Google es el Microsoft de Bill Gates, cuando el caso Android se parece, como una gota de agua a otra, al caso del navegador Netscape, donde Gates perdió el pleito competencial pero mucho después de haber aniquilado al competidor su Explorer, en un caso de abuso de posición de dominio que ha pasado a los manuales. Por tanto, donde hay que cortarle las alas a Google es en lo que copia. O que copie menos o que pague mucho más que la miseria actual que paga a los creadores, porcentaje mínimo de los que cobran por su publicidad adheridas a sus plagios. Recuerden que puede ingresar unos 55.000 millones de dólares por publicidad en el último ejercicio. Ahora bien, el subterfugio de multarle por el Google Shopping… resulta un tanto artificial. Hombre, si se trataba de pillarle por algún lado… Lo grave es lo otro: Google es un modelo de negocio que vive del trabajo de los demás. Eulogio López eulogio@hispanidad.com