Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se reúnen hoy y mañana en Viena para debatir los detalles de la tasa digital, con el objetivo de cerrar formalmente un acuerdo en la cumbre del euro de diciembre, recoge Kippel.

La tasa digital contempla el gravamen del 3% del volumen de negocio de las tecnológicas, como Google o Amazon, que operan en Europa. La propuesta cuenta con el apoyo de Francia y la mayoría de países de la Unión Europea, pero Irlanda se opone rotundamente al impuesto, y Alemania estaría considerando alternativas al tributo, según Bild.    

Desde España, la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha subrayado la importancia de conseguir resultados “tangibles” de aquí a finales de año. Bruno Le Maire, ministro francés de Economía y Finanzas, comparte el mismo sentimiento de urgencia. Otro de los temas es la regulación de las criptomonedas. Los Veintisiete deberán considerar si es necesaria una regulación a escala comunitaria de las criptodivisas, caracterizadas por su alta volatilidad y los riesgos de fraude y lavado de dinero.

Calviño se ha mostrado partidaria de aprobar en España un impuesto a las transacciones financieras y, para ello, lo “más seguro es copiar o inspirarse” en el que tienen otros países, como por ejemplo Francia

En otro orden de cosas, Calviño se ha mostrado partidaria de aprobar en España un impuesto a las transacciones financieras y, para ello, ha indicado que lo “más seguro es copiar o inspirarse” en el que tienen otros países, como por ejemplo Francia, recoge Noticias Bancarias.

Calviño afirmó que lo “ideal” sería que este impuesto se estableciera a nivel mundial y, especialmente, en el ámbito europeo y así lo está impulsando España tanto en la OCDE como en la Unión Europea, pero si no es posible, afirmó que “habrá que establecerlo” en la economía española.

En este sentido, rechazó que el impuesto vaya a suponer pérdidas de inversiones en el país, ya que, según dijo, en Francia no ha tenido un resultado negativo. Así, indicó que ayer mismo el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, se lo trasladó personalmente en la reunión que mantuvieron en París: “No han visto un desplazamiento de empresas causado por este impuesto”.

Además, quiere explorar cambios en la fiscalidad medioambiental

El impuesto francés que Calviño vería con buenos ojos trasladar a España grava el 0,3% del valor de todas las compraventas de acciones de empresas francesas cotizadas y cuya capitalización bursátil supera los 1.000 millones de euros.

Junto con el impuesto a las transacciones financieras, Calviño apuntó que el Gobierno quiere explorar también cambios en la fiscalidad medioambiental, aunque no concretó ninguna medida. “Estamos explorando distintas alternativas para avanzar hacia una sociedad más limpia, y este Gobierno que tiene un marcado carácter medioambiental no puede dejar de considerar esas opciones”, subrayó Calviño, tras afirmar que aún no está decidido si estos cambios se introducirán en la ley de Presupuestos o un texto normativo en paralelo.