El presidente del Gobierno Pedro Sánchez señaló ayer desde Montreal que España tiene que "aprender de la experiencia de Quebec", en respuesta a una pregunta sobre el desafío soberanista en Cataluña. "El carril de la justicia tiene su recorrido pero la responsabilidad de este Gobierno es responder con la política a una crisis política", añadió, tras evitar pronunciarse sobre las recientes declaraciones de la vicepresidenta Carmen Calvo y la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, sobre la situación de los líderes independentistas catalanes en prisión. "El Gobierno", dijo el presidente, "se pronuncia sobre realidades, no sobre hipótesis".

Lo que no dijo el presidente Sánchez es que la Constitución de Canadá permite la realización de referéndums de secesión, cosa que no ocurre con la Constitución española, a no ser que se reforme, claro.

«El Gobierno», dijo el presidente, «se pronuncia sobre realidades, no sobre hipótesis»

Por su parte, el ministro de Fomento, José Luís Ábalos, reprochó ayer al anterior Gobierno y al partido que lo sustentó, el PP, haber sostenido un Estado "que se independizó de Cataluña". En su opinión, el gran reto que se afronta ahora, y que en parte está consiguiendo el actual Ejecutivo, el PSOE y el PSC, es "recuperar el diálogo" tras tantos años perdidos. Ábalos criticó también que unas declaraciones "llenas de humanidad" como las de Teresa Cunillera, delegada del Gobierno en Cataluña, hayan provocado que el PP promueva una proposición de ley para prohibir los indultos a condenados por sedición y rebelión. "Solamente les ha faltado poner siempre que sean catalanes, porque si no son catalanes se les puede honrar en el Valle de los Caídos", apostilló el ministro.

Según Ábalos, el gran reto que se afronta ahora es recuperar el diálogo

Desde Nueva York, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se refirió ayer a las declaraciones de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en las que se mostraba favorable a liberar a los presos del procés si el juicio se alargaba, para recalcar que se habían realizado "desde el más absoluto respeto a los jueces". Son ellos, dijo Borrell, "los que tienen que tomar estas decisiones. Otra cosa es que alguien piense, como yo dije hace unos días, que me hubiese gustado que el juez hubiese encontrado otros medios para evitar el riesgo de fuga". "Pasado el tiempo uno puede pensar que esos riesgos son menores", añadió el ministro.

Todo lo cual lleva a pensar que se trata de una maniobra del PSOE para presionar a los jueces para que sean benévolos con los políticos independentistas presos. Y, de paso, ‘engatusar’ a los partidos separatistas para que le apoyen para aprobar los próximos presupuestos.