Warren Buffett, que ya ha cumplido 88 años, ha anunciado la donación de 3.600 millones de dólares (unos 3.160 millones de euros) en acciones de Berkshire Hathaway, su vehículo de inversión que actualmente capitaliza 527.000 millones de dólares.

La filantropía de Buffett se concreta en cinco organizaciones: la fundación de Bill y Melinda Gates, la Susan Thompson Buffett Foundation (antigua Buffett Foundation), la Sherwood Foundation, la Howard G. Buffett Foundation, y la NoVo Foundation, todas ellas controladas por sus hijos Susan, Howard y Peter.

Todo muy familiar… y muy progresista. No descubrimos nada al decir que la fundación Bill y Melinda Gates tiene entre sus objetivos la financiación de grupos abortistas como Planned Parenthood o Marie Stopes Intenational, a pesar de que la propia Melinda afirmó hace unos años que no era así, y que desde 2010 las ayudas de la fundación se centran en los anticonceptivos… potencialmente abortivos.

Menos conocido es el trabajo de las cuatro fundaciones ‘made in’ Buffett. La Susan Thompson Buffett Foundation, la antigua Buffett Foundation, lleva el nombre de la primera esposa de don Warren, la cantante de cabaret Susan Thompson, fallecida en 2004. La fundación, como ella cuando vivía, centra sus esfuerzos en la salud reproductiva, la planificación familiar y, sobre todo, en el aborto y la contracepción. Al frente de tan loable labor está Allen Greenberg, primer marido de la primogénita, Susan Alice, que también forma parte del organigrama.

Algo muy parecido hace la Sherwood Foundation que, esta sí, depende directamente de Susan Alice Buffett. Sus prioridades son la igualdad y el aborto, lo que sin duda supone un gran avance para la humanidad. El mediano de los tres, Howard, es la oveja negra de la familia, esto es, el menos progre. Su fundación se dedica fundamentalmente a labores de agricultura, nutrición, agua, conservación y a asistencia humanitaria. La última es la NoVo Foundation, del benjamín Peter, muy preocupado por el empoderamiento de las niñas.

Aborto, un pelín de ecología y feminismo. Esta es la gran labor de Warren & Co. No diga filantropía, diga Buffett.