Sr. Director:

Los acontecimientos terribles, cierto, -los vivimos más graves en este país y las reacciones fueron muy distintas-, de la semana pasada en Francia, que acabaron también con la muerte de los terroristas, pienso que exigen una respuesta a la altura de las circunstancias por parte de los líderes del mundo musulmán, tanto religiosos como políticos.

La violencia que golpea en este momento a Europa, pero que desde hace meses y años golpea especialmente a los cristianos de Medio Oriente tiene un origen muy preciso. Creo, es mi opinión, que el yihadismo es una ideología terrorista desarrollada por el wahabismo sunní con el fin de restaurar el viejo califato disuelto a principio del siglo pasado. En este sentido, los Países del Golfo (Arabia Saudí y Qatar) tienen una responsabilidad muy directa en la creación de ese monstruo que al parecer se les ha ido de las manos. Ni la utopía política de un nuevo califato ni el enfrentamiento con Irán hacen tolerable la ambigüedad con el yihadismo, menos en el siglo XXI. Estoy convencido de que la Comunidad Internacional tiene que exigir a los Estados del Golfo el fin de esa ambigüedad.

Pedro García