Sr. Director: Tras la nueva deriva que marca el cartel navideño de este año elegido por la Asociación de Belenistas de Sevilla, cuyo protagonista es un inequívoco plumoso angelito «Grabié» con todos los intencionadamente equívocos elementos que incorpora y le rodean, quizás sea el momento de avanzar algo más en esta rompedora visión progresista de la Navidad, introduciendo el año que viene en ese cartel a un personaje que se ha puesto de moda con aquello del «prusés». Me refiero, claro, al caganer: esa figurilla del nacimiento que aparece como una tradición en los belenes catalanes y de otros lugares, y que se suele situar escondido en un rincón o detrás de un arbusto realizando la labor que su nombre no puede ocultar. Aunque lo verdaderamente importante en este caso, ha de ser que realice su faena encima de algo que simbolice la fe cristiana, según lo que el artisto o artista considere más convenientemente ofensivo e ingenioso para denigrarla (y mejor aún, si se refiere concretamente a la católica, que dicen que aún es la mayoritaria en España). Pero por favor, que no se equivoquen en esto. No vaya ser que coloquen erróneamente un símbolo que represente alguna creencia muy respetada por el progresismo, y luego rueden cabezas. Miguel Ángel Loma