La Administración valenciana ha remitido una carta de desde el Servicio de Evaluación de Personas con Diversidad Funcional de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas a la familia de F.S.S. -de 75 años de edad- y enfermo de ELA (Esclerosis Lateral Amitrófica). Atencion, porque cuatro meses después de su fallecimiento, se le reconoce un grado de discapacidad del 44%.

Una notificación completamente normal si no fuera por las circunstancias que han envuelto al interesado. Postrado en una silla de ruedas desde hacía varios años, F.S.S. había fallecido cuatro meses antes de que se le admitiera el porcentaje de minusvalía. Incluso, el médico que certificó su muerte detalló a la familia que padecía la enfermedad ELA (Esclerosis Lateral Amitrófica) con un proceso degenerativo que habría acabado con la inmovilidad del enfermo.

La ironía que ha sentado especialmente mal a la familia de F.S.S. -me pregunto por qué- se halla en que la propia carta del Gobierno valenciano asume su fallecimiento en el propio escrito. Pese a ello, y sin más justificación, el texto puntúa un grado de discapacidad... que ahora carece de sentido para la mujer y los hijos del finado.