El Sanchismo, reino de la propaganda política, lo tenía todo bien planeado. Por un casual, me crucé con la caravana del presidente ucraniano Volodimir Zelenski -Sánchez ya se dirige a él por su nombre, no por su apellido- en la A-1, cuando Zelenski acudía a visitar la central de la empresa Indra, donde su presidente. Ángel Escribano, le había preparado, en el exterior, un muestrario de armamento, como si aquello fuera un mercado.
Bueno, jamás había visto tamaña caravana de protección para un líder extranjero de visita en España pero, en todo caso, el Sanchismo le había preparado una apretadísima agenda a Zelenski que estaba en Madrid de paso hacia Turquía, para visitar a Erdogan que no se sabe si es socio de la OTAN o de Putin.
El presidente ucraniano corrigió a Sánchez: la sexta parte del dinero que España dará a Ucrania para su guerra con Rusia será empleado en comprar armamento... estadounidense. Y es que Kiev nos quiere como donantes de guerra, no como socios industriales
Agenda de Zelenski en Madrid, a mayor gloria de Sánchez, que no de Zelenski: visita a Indra, visita al Rey de España, Felipe VI, un mero complemento de la política de imagen del Sanchismo, que obliga al jefe del Estado -que se deja obligar- y a quien Sánchez utiliza ya como una marioneta. Visita al Guernica, para que quede claro que Zelenski, quien sólo pretende liberarse de los rusos, es un chico progresista que anda en línea con la Memoria Democrática del Sanchismo, la más grosera manipulación de la historia de España en general y de la II República, asesina de católicos, en particular.
Por su parte, Zelenski no ve a España como un aliado, que en un momento dado combatirá junto a los ucranianos frente a los rusos. Tampoco como un proveedor de armamento, sino, me temo, como un aportador de fondos, con el dinero de los españoles, para comprar armamento con el que defenderse de los rusos. A cambio, Zelenski tuvo que escuchar del solidario Pedro, el acostumbrado lenguaje tonti-inclusivo de "los ucranianos y las ucranianas" o la cursilería propia de quien, a 2.000 kilómetros de distancia, asegura que "vuestra lucha es nuestra lucha".
Y el bueno de Zelenski, muy agradecido a la solidaridad del señor Sánchez, sabedor de lo poco que representamos en el bazar de las armas, ha decidido utilizar a España como donante, que ya dijo Napoleón que las guerras se ganan con dinero: 615 millones en armamento y, ¡ah sí!, otros 2.000 millones para la reconstrucción... ¿Los pacifistas como Sánchez no deberían trabajar, exclusivamente, en la reconstrucción y no en la guerra?
Las contradicciones del Sanchismo: no se puede jugar a ser pacifista y, al tiempo, potencia armamentística. Y por cierto, aquí el único que busca la paz en Ucrania es Donald Trump. Sanchez insulta al gringo para hacer mitines sobre el muy progresista "derecho internacional"
Pero vamos con la visita de Zelenski a Indra, ahora convertido en punta de lanza del sector armamentístico español. Zelenski descubrió el martes, durante su visita a la compañía, junto a una Margarita Robles ante la cámaras de sonrisa eléctrica hacia el presidente de Indra, Ángel Escribano, dos semanas después de quejarse por los retrasos en las entregas de material militar... que Indra necesita productos, además de diseño.
Por eso, Emmanuel Macron le vendió 100 cazas franceses mientras que, con España, "se abre un proceso de colaboración", suponemos que para drones.
Ojo, la compra de EME por Indra no basta. Eso sólo servirá para que se forren los hermanos Escribano, como ya hemos explicado en Hispanidad reiteradamente. EME en materia de producción de armas, sigue siendo una pyme.
El presidente ucraniano corrigió a Sánchez: la sexta parte del dinero que España dará a Ucrania para su guerra con Rusia será empleado en comprar armamento... estadounidense. Kiev nos quiere como donantes de guerra, no como socios industriales.
Pero la presencia de Zelenski en Madrid nos habla de algo más, Nos habla de las contradicciones del Sanchismo: no se puede jugar a ser pacifista y, al tiempo, potencia armamentística. Por cierto, aquí el único que busca la paz en Ucrania es Donald Trump. Sanchez sólo le insulta para hacer mitines sobre el muy progresista derecho internacional, sólo insulta a Vladimir Putin pero realmente no quiere la paz. Le viene bien una guerra cercana para la propaganda y lejana para la intervención.