Mucho debe de estar apretando el fugitivo de la justicia española, Carles Puigdemont, al Gobierno de Pedro Sánchez para que este siga empeñado en convertir el catalán (y en consecuencia también el euskera y el gallego) en lenguas oficiales de la UE.
En un debate que se celebra mañana en Bruselas, el Gobierno español, por medio de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, lo volverá a intentar, tras el fracaso del pasado 27 de mayo.
Ese día, varios países europeos mostraron sus dudas legales para su aprobación y dudas financieras para su financiación. En ese momento, el país que ostentaba la presidencia europea, Polonia, decidió "posponer" el debate.
Algunas fuentes diplomáticas han señalado en El Mundo que España sigue sin contar con la unanimidad necesaria para su aprobación, ya que "sería la primera vez que una lengua regional se acepta como oficial". El propio Albares reconocía el pasado 14 de julio que no hay «todavía la unanimidad que se necesita». «Volvemos a llevar ese punto. Existe la posibilidad de una votación. En estos momentos, de los contactos que estamos teniendo, no tenemos todavía la unanimidad que se necesita, pero va a haber un debate, en cualquier caso, sobre el memorándum que hemos enviado (…) que va a permitir que ningún Estado pueda ya decir ni esconderse detrás de que no conoce suficientemente la propuesta española o que hay aspectos que no son suficientemente claros».
Entre los rechazos a aprobar la medida está el de Alemania.
Mientras tanto, este jueves, Albares ha desarrollado una intensa agenda, no sabemos si para preparar el debate de mañana, pero lo cierto es que algunas de las citas han sido demasiado cortas. A las 9:30 horas se ha reunido con el vicepresidente del Gobierno de Asuntos Exteriores y Europeos de Montenegro, Filip Invanovic, en la sede del Ministerio. A las 11 horas se ha reunido con el conseller d'Unió Europea i Acció Exterior de la Generalitat de Catalunya, Jaume Duch, pero sólo durante media hora, ¿habrán hablado en catalán?
A las 11:30h, ha intervenido en la reunión del Consejo Asesor España-África, justo un día después de que Sánchez visitara por tercera vez Mauritania. Y el último acto de su agenda del día ha sido una reunión con el representante especial de la Unión Europea para el Sahel, João Cravinho. No se sabe si Albares ha conversado de inmigración y de seguridad en estas dos últimas citas, pero lo cierto es que debería haber sido lo suyo teniendo en cuenta lo ocurrido en Torre Pacheco y otros pueblos de España, así como algunas violentas agresiones, como la que ha cometido un marroquí ilegal, con orden de expulsión, con una menor tutelada por el Gobierno, a la que ha quemado viva.