Warner Bros. Discovery (WBD)’ no va bien en números y le está costando lidiar con un contexto demasiado complejo, donde los modelos televisivos de antes ya no funcionan y los más nuevos (las plataformas de streaming) aún presentan un estado muy experimental y cuesta lograr rentabilidad ante la fuerte competencia. Ahora cabe destacar que no sólo ha atraído al mundo islámico, mostrando una ideología fluida, sino también a la progre y blasfema Netflix, que podría extender su perversión de menores a parques de atracciones y salas de cine.

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Esto último no es baladí, porque hasta ahora, Netflix se había convertido con ser una plataforma de streaming y liderar dicho sector. De hecho, contaba con 301,6 millones de suscriptores al cerrar el cuarto trimestre de 2024, pero ya no ofrece datos de su evolución. La plataforma está dirigida por su cofundador y activista woke, Reed Hastings, desde la silla de presidente ejecutivo, y dos CEOs, Ted Sarandos y Greg Peters, y como le va bien en resultados, sigue sin renunciar al último meneo ideológico del Nuevo Orden Mundial (NOM) y al progresismo, y plantando cara a Donald Trump.

Ahora, dado que Netflix ya no crece tanto en streaming y se mantiene líder, guardando bastante distancia con algunos de sus rivales (Amazon Prime Video tiene más de 200 millones suscriptores; Disney+, 132 millones y HBO Max, 125,7 millones), ahora busca nuevos negocios. Hace unos días, inauguró su primer centro de entretenimiento permanente, denominado Netflix House, en King of Prussia (Pensilvania, EEUU). A lo largo de dos plantas y una superficie equivalente a un estadio de fútbol, los visitantes pueden recorrer réplicas de algunas de sus series más exitosas (Miércoles, El juego del calamar y Stranger Things) y disfrutar de un campo de minigolf, salas de realidad virtual, un restaurante con platos inspirados en las series y un teatro de proyecciones. Además, ya prevé abrir un segundo centro de este tipo en Dallas el próximo 11 de diciembre y otro en Las Vegas en 2027.

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La apertura de estos centros no es baladí, justo cuando puja por WBD (gigante audiovisual que tampoco ha renunciado al woke), que cuenta con parques temáticos. Asimismo, para hacer su oferta más atractiva, Netflix se ha ofrecido a mantener estrenos en salas de cine, algo que hasta ahora sólo había hecho con algún producto de forma ocasional. En especial, teniendo en cuenta la falta de ideas en la industria, dentro de WBD, a Netflix le interesan los estudios de cine, con la vista puesta en incrementar sustancialmente su oferta de contenidos, y también la plataforma de streaming HBO Max, pero podría tener problemas con las autoridades antimonopolio de EEUU y además, no es amiga de Trump.

En la puja por ‘Warner Bros. Discovery (WBD)’ también ha entrado el conglomerado Comcast, que en 2011 se hizo con el grupo mediático NBC Universal. De esta forma, actualmente, ofrece televisión por cable, Internet y telefonía; produce películas de cine (a través de Universal Pictures y Dreamworks Animation, entre otros estudios) y opera parques temáticos (en concreto, los Universal Parks & Resorts). A Comcast, al igual que ha Netflix, le interesan especialmente los estudios cinematográficos de WBD y la plataforma de streaming HBO Max, pero también tendría tener problemas con los reguladores antimonopolio y tampoco se lleva bien con Trump. Es más, el presidente de EEUU ha criticado en alguna ocasión a Brian Roberts, presidente de Comcast, y esto podría pesar más que la influencia de David Zaslav, presidente y consejero delegado de WBD, quien trabajó en NBCUniversal, antes de pasar a Discovery y de ahí a liderar WBD tras la fusión con Warner Media.

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Eso sí, en la puja por WBD también está Paramount Skydance, que ha ofrecido 24 dólares por acción y abonar el 80% en efectivo. Este grupo audiovisual está en pérdidas, pero cuenta en su oferta con la ayuda de los fondos soberanos de Arabia Saudí, Catar y Abu Dabi. Además, a los mandos de Paramount Skydance está David Ellison, hijo de Larry Ellison (cofundador de Oracle, el segundo hombre más rico del mundo y amigo de Trump), y el pasado martes, se le vio en la cena en honor del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, y a la que asistieron otros empresarios de tecnológicos (Elon Musk y Jensen Huang, entre otros). Eso sí, no hay que olvidar que dentro del mundo islámico, el presidente de EEUU ha optado por sunitas frente a chiitas, es decir, por Arabia Saudí en lugar de por Irán. 

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