Parece que Iberia no teme a Nicolás Maduro… Y es que ha ampliado al próximo 31 de diciembre la suspensión de vuelos a Venezuela, siguiendo las recomendaciones de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

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Recuerden que el dictador venezolano anuló sus derechos de tráfico y los de otras cinco aerolíneas después de que no reanudaran sus vuelos tras el plazo de 48 horas que les ofreció. Eso sí, dio más tiempo a Plus Ultra y Air Europa, cuya suspensión de vuelos se dio más tarde que los del resto de compañías aéreas.

Todo esto empezó cuando la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) estadounidense alertó sobre los riesgos de sobrevolar el espacio aéreo venezolano ante una “situación potencialmente peligrosa”. Y en el caso de España, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación que dirige José Manuel Albares, insistió en recomendar no viajar al país hispanoamericano. Así, varias aerolíneas -entre ellas, Iberia y Air Europa (ahora con bastante protagonismo en los medios por las declaraciones del exministro José Luis Ábalos y el exasesor Koldo García, antes de entrar en prisión provisional, sobre el rescate que le dio el Gobierno y en el que influyó Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez)- decidieron suspender sus vuelos.

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El dictador Maduro les dio un plazo para reanudarlos, amenazando con revocar sus derechos de tráfico si no lo hacían. De esta forma, Iberia y otras cinco aerolíneas (TAP, Turkish Airlines -que acaba de entrar en el capital de Air Europa-, Latam Airlines, Gol y Avianca) vieron anuladas sus concesiones, acusadas por la dictadura venezolana de “sumarse a las acciones de terrorismo de Estado promovido por el Gobierno de EEUU”. Por ahora, Plus Ultra y Air Europa mantienen sus derechos de tráfico, pero podría ocurrirles lo mismo que a las citadas.

Este lunes, Iberia ha anunciado que la cancelación de sus vuelos a Venezuela se amplía hasta el próximo día 31, en línea a lo que recomienda la AESA. Eso sí, ha señalado que su intención es volver a volar al país hispanoamericano cuando se recuperen “las plenas garantías de seguridad”. Por ahora, por ejemplo, en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, aún hay medio centenar de pasajeros que espera poder volar, después de que algunos hayan sido recolocados en vuelos de otras aerolíneas o en otros destinos de países cercanos a Venezuela, o se les han postergado sus vuelos para otra fecha, o se les ha reembolsado el dinero de los billetes. 

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Hace unos días, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció el cierre del espacio aéreo venezolano y Maduro denunció la “amenaza colonialista”... e incluso emitió una carta en la que pide ayuda a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para detener la “agresión” estadounidense que pone en peligro la estabilidad de la producción petrolera venezolana. Por su parte, la portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Susana Romero, ha afirmado que “no hay problema” para volar a los países de alrededor de Venezuela y que “el espacio aéreo venezolano es soberanía nacional venezolana, con lo cual entiendo que por eso no es posible que se cierre desde Estados Unidos”.

En las últimas horas, Trump ha confirmado una llamada telefónica con Maduro, pero que aclara poco o nada sobre la situación actual y sobre los próximos pasos: “No diría que salió bien ni mal”. Habrá que ver qué sucede. 

Y en paralelo, en esta era cada día más digital, la fragilidad es creciente. Iberia ha comunicado a sus clientes que ha detectado un incidente de seguridad relacionado con un acceso no autorizado a los sistemas de un proveedor que ha comprometido la confidencialidad de ciertos datos (nombre, apellidos o correo electrónico). Un acceso no autorizado que se ha produccido, a pesar de sus medidas de seguridad, y al conocerse se han actividad medidas técnicas y organizativas para contener sus efectos y evitar que se pueda repetir en el futuro. Además, han pedido disculpas a sus clientes y les han recomendado que presten atención a posibles comunicaciones sospechosas que pudieran recibir.