En Iberdrola el panorama no es brillante, como venimos refiriendo. Y ni siquiera este miércoles 24, cuando ha presentado resultados del primer trimestre, su presidente ejecutivo, Ignacio S. Galán, ha convencido al mercado... porque sigue teniendo un gran problema encima de la mesa: la elevadísima deuda.

La eléctrica con sede en Bilbao no ha logrado que su cotización tenga color verde, pues ha descendido un 0,35%, eso sí, algo menos que el Ibex 35 (-0,49%). Las cifras, en general, no han sido del todo buenas, en especial, la deuda, a pesar de que los analistas del Banco Sabadell hayan señalado que se ha reducido desde los 47.832 millones de euros correspondientes al cierre de 2023 a los 44.998 millones, quienes tampoco han referido que el descenso del 5,9% se debe al cobro por la venta de activos en México. Además, la cifra de 44.998 millones sigue siendo elevadísima y el apalancamiento financiero ajustado ha disminuido ligeramente (sólo tres décimas), del 44,2% al 41,8%.

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Al igual que sucedió hace poco más de dos meses, cuando presentó los resultados de 2023, al mercado -y por tanto, a los inversores- no les gusta la elevada deuda, el gran problema que afronta Galán, a pesar de que no le diera protagonismo en el ‘Día del Inversor’,... Es más, no olviden que el ingeniero salmantino podría verse abocado a una fusión internacional porque ha crecido demasiado rápido en proyectos renovables vía deuda, ha convertido las energías renovables en un “producto financiero” que tanto criticaba hace años, y también necesita más capital y más flujo de caja... para seguir acometiendo inversiones. De hecho, entre enero y marzo, el flujo de caja operativo reportado ha crecido un 5%, a 3.145 millones, y lo habría hecho un 14% de no ser por el impacto del déficit de tarita en Reino Unido hace un año.

Los ingresos han bajado, pasando de 15.460,6 millones a 12,678,5 millones, lo que en términos porcentuales supone un descenso del 18%, debido, sobre todo, a la caída de precios de la electricidad y del gas

Los ingresos han bajado, pasando de 15.460,6 millones a 12,678,5 millones, lo que en términos porcentuales supone un descenso del 18%, debido a la caída de precios de la electricidad y del gas, así como a la mejora de la eficiencia a través de la producción y los menores aprovisionamientos (5.847 millones, un 33,2% menos). Claro que el margen bruto sólo ha ascendido un 1,8%, a 6.831,7 millones, a pesar de que el gasto operativo neto se ha desplomado un 105%, a 78,5 millones, y dentro de este último destaca el aumento del 8,5% en los gastos de personal, hasta 975,5 millones, por la incorporación de empleados. Además, en tributos la cifra ha descendido un 10,7%, a 1.053 millones.

Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ha crecido hasta los 5.857 millones, incluyendo el efecto de la venta de activos de gas en México. Sin este efecto, en términos recurrentes, el incremento ha sido del 10%, a 4.410 millones, gracias al mayor negocio de redes por nuevas tarifas en EEUU, Reino Unido y Brasil, y el mayor aporte del negocio renovable (la producción ha crecido un 19% en España, hasta máximos de diez años; y cabe destacar que sólo la de eólica marina, tras el fracaso de hace unos meses, lo ha hecho un 16%, en Reino Unido, Alemania, Francia y EEUU), aunque la producción eléctrica total ha descendido un 4,8% (destacando los descensos del 18% en nuclear por algunas paradas de recarga de combustible y del 17% en ciclos combinados de gas... por la venta de activos en México. El beneficio neto de explotación (ebit) ha ascendido a 4.500,6 millones, con los gastos financieros (1.040,7 millones) bastante estables, algo positivo teniendo en cuenta que se avecinan próximas subidas de los tipos de interés. Y el beneficio neto se ha disparado un 85,8%, a 2.759,7 millones, aunque 1.165 millones se deben a la venta de parte del negocio en México (donde acaba de nombrar como nueva CEO a Katya Somohano),... y sin este impacto no recurrente, el incremento se queda en el 28%.

Eso sí, la eléctrica no ha perdido la ocasión de referir previsiones para este 2024: espera obtener más de 5.000 millones de beneficio en el conjunto del año, aunque si se tiene en cuenta que algo más de la mitad (2.759,7 millones se han registrado en el primer trimestre y de estos, 1.165 millones proceden de un impacto no recurrente... y extraordinario) no parece que la cifra merezca sonoros aplausos. Además, solo estaría ligeramente por encima de la ganada en 2023 (4.802,8 millones). Y cómo no, prevé registrar un nuevo récord anual de inversiones, tras la cifra de 2.380 millones del primer trimestre, llegando a 12.000 millones, frente a los 11.382 millones del año anterior,... sólo habrá que estar atentos a si estas no engordan aún más la elevada deuda.

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En el entretanto, a Galán le crecen los enanos, mientras intenta rehacer su imagen: Europa prioriza defensa a ecología... y EEUU se le resiste. Tampoco es de ayuda el enfrentamiento que ha iniciado contra Repsol al demandarle ante los tribunales, pese a tener el apoyo de la vicepresidenta ecológica -y ahora también líder de la lista del PSOE a las elecciones europeas-, porque refleja su nerviosismo y por ahora, va ganando la segunda porque la eléctrica ha utilizado a ecologistas y consumidores en su guerra contra Repsol... para ocultar que Autocontrol falló a favor de la petrolera