Según informa hoy ABC, el rotativo madrileño ha sido censurado por la dictadura comunista China y en ese país ya no se puede ver en internet. Es decir, que la página web de ABC.es se encuentra bloqueada.

Con este bloqueo, ABC se convierte en último medio internacional vetado por Pekín. Por sus informaciones, desde hace años están censurados los más importantes medios internacionales, como ‘The New York Times’, ‘The Washington Post’, ‘The Wall Street Journal’, ‘The Guardian’, ‘The Economist’, ‘The Independent’, la BBC, ‘Der Spiegel’, ‘Bild’, ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’… De España están bloqueados ‘El País’ y ‘El Confidencial’, mientras que el resto de grandes medios nacionales pueden abrirse con normalidad, añade ABC. 

ABC no ha recibido ninguna información oficial sobre el motivo de esta censura, pero todo apunta a que se ha debido a esos dos artículos publicados el fin de semana. El primero, titulado ‘En China puede desaparecer cualquiera’, recopilaba los casos de otras celebridades que, al igual que la tenista Peng Shuai, desaparecieron temporalmente en el pasado por sus problemas con el régimen. Entre ellos destacan magnates como Jack Ma, fundador de Alibaba, artistas críticos como Ai Weiwei, actrices multadas por desfalcar a Hacienda como Fan Bingbing y hasta el anterior jefe de la Interpol, Meng Hongwei, condenado el año pasado por corrupción. Una larga lista que demuestra que las desapariciones del régimen, amparadas por ley durante seis meses sin avisar a los tribunales, abogados ni familiares, no solo afectan a los disidentes y activistas sociales, sino a cualquiera y por los más variados motivos.

El domingo, dentro de su serie sobre los dictadores comunistas del siglo XXI, ABC le dedicaba un amplio perfil al presidente de China, Xi Jinping, el dirigente más autoritario y poderoso desde el ‘padre de la patria’, Mao Zedong. Su título: ‘Xi Jinping, el emperador rojo’.

Además de medios de comunicación, el régimen chino censura todas las redes sociales occidentales, como Facebook, YouTube, Twitter o Instagram, y algunas de las más populares páginas web y aplicaciones de mensajes y videollamadas, como WhatsApp y Signal. Con este control, Pekín impide que circulen discursos políticos contrarios, neutraliza las críticas contra sus abusos y desmanes y, de paso, fomenta sus propias empresas tecnológicas. Tras el terremoto político que las redes sociales desataron durante la Primavera Árabe hace una década, el régimen chino tomó buena nota para reforzar su control de internet e impone una legislación imposible para las plataformas occidentales por su limitación de la libertad de expresión. Tras siete años, en los que no faltaron las polémicas por plegarse a la censura, LinkedIn fue el mes pasado la última red social occidental en abandonar China. Poco después, Yahoo también dejaba de ofrecer su servicio en chino por «un clima legal y de negocios cada vez más desafiante», explica ABC.