(Oído en radio, visto en TV) Cristóbal Montoro (COPE): "Subir los impuestos es lo contrario de lo que hay que hacer ahora"

En la COPE, el exministro de Hacienda del PP, Cristóbal Montoro, ha recordado que sus cuentas públicas "estaban pensados para que pudiera haber una prórroga, pero no se podía prever que iba a cambiar al Gobierno y que ese Gobierno iba a gobernar tres años con los mismos presupuestos. Es una anomalía democrática".

Según ha dicho, que sus presupuestos sigan vigentes viene a demostrar que "eran efectivos para impulsar el bienestar de los ciudadanos. La recuperación económica desde mitad del año 2013 era la más sana de nuestra historia porque no generaba déficit exterior ni tensiones".

Con 15 cuentas públicas a sus espaldas, Montoro ha dicho que las nuevas cuentas deberían volver a la "casilla de salida que teníamos cuando llegó la pandemia", por lo que no deberíamos "meternos en ensoñaciones de cambios de modelos productivos".

El exministro de Hacienda ha dicho que los nuevos presupuestos del Gobierno social-comunista "prevén incrementos de impuestos, que son lo contrario de lo que hay que hacer ahora. No vamos a volver a la casilla de salida si no recuperamos la confianza".

Además, ha recordado que, a diferencia de lo que pasó con la crisis de 2008, cuando el "déficit público era el epicentro del problema", lo que llevó al Gobierno de entonces a subir los impuestos, ahora "estamos viviendo una crisis que no es económica en su origen" y "hay muchos recursos" que entonces no. El Banco Central Europeo, por ejemplo, "nos está comprando la deuda" y la propia Unión Europea se va a endeudar para generar recursos. "Eso debería hacer que los presupuestos fueran acordados con las fuerzas políticas"para que "superemos las consecuencias económicas y sociales de la pandemia".

"Ahora es fundamental no sustituir la iniciativa empresarial que se ha obligado al cierre", "no intentar suplir con el gasto público lo que hacen esos sectores económicos, pero la ideología manda".

Por otro lado, Montoro ha criticado que cada autonomía está "haciendo interpretaciones diferentes" de las medidas sanitarias cuando "en salud pública debería haber mayor coincidencia y menos crispación porque estamos jugando con la vida de la gente".

Sobre la actual posición del PP, especialmente tras la abstención de los de Casado este jueves en la prórroga del decreto del estado de alarma que hará que Sánchez no deba rendir explicaciones en el Congreso hasta después de Navidades, Montoro ha preferido ser "respetuoso" con la dirección actual del PP.

En la COPE, Carlos Herrera decía: “Ayer asistimos en España, lo han calificado de varias formas, vamos a dejarlo en un lamentable espectáculo de auto anestesia. De repente entra uno en sueño placentero y quizá es eso lo que ayer se decidió en el Congreso de los Diputados. Cuál es el milagro que hace que un individuo como Pedro Sánchez consiga convencer a 194 diputados para que le den el apoyo suficiente para que haga lo que quiera. Además también con una puesta de escena de desprecio absoluto a la soberanía nacional.

"El parlamento ha aprobado su autoanestesia. Dejamos de existir para que el Gobierno haga lo que quiera. El único que fue coherente fue Abascal".

El país entra en un prolongado tiempo en el que el Gobierno puede decidir lo que le dé la gana. Y esta especie de 'Napoleoncito' deja a otra persona para marcharse en la primera réplica. ¿Se imaginan que esto lo realiza el Gobierno de Mariano Rajoy? Nunca antes se ha visto una escena como la de Pedro Sánchez. Solo le faltó decir "quieto todo el mundo

El protagonista de la foto de nochebuena, que ha colocado a todos a sus amiguetes en la administración. Si esto lo ha hecho, qué no hará con seis meses de manos libres para hacer y deshacer a sus anchas”.

En Onda Cero, Carlos Alsina opinaba: “Incluso los socios parlamentarios que ayer le aprobaron al gobierno los seis meses de alarma le reprocharon al presidente su empeño en quitarse ahora de en medio. Y algo más: muchos de los portavoces dieron por hecho que en breve estaremos hablando de algo más que el toque de queda o los confinamientos regionales.

Arrimadas es Ciudadanos, gobierno en comunidades como Castillla y León, cuya consejera de Sanidad ya ha pedido al gobierno que estudie abrir la opción del confinamiento domiciliario total a las regiones. Y Rufián, Esquerra, es gobierno en Cataluña, donde se está pidiendo a la población que se limite a ir de casa al trabajo y del trabajo a casa. Cuando Madrid estaba en 500 casos por cien mil Rufián nos explicaba a todos que la causa era la ineptitud del gobierno madrileño, la falta de inversiones y las privatizaciones. Ahora que es Cataluña –--donde él gobierna--- quien está en los 680 casos, las causas ya son variadas y, sobre todo, complejas. Globales, europeas, pandémicas”.

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “Ayuso se resiste al confinamiento de Madrid con excepción de los puentes. Ahora bien, ¿dónde vamos a salir si no se puede ir a ningún sitio?

¿No admiráis cada vez más a Sánchez? Ayer fue al Parlamento, sí, pero para que se notara aún más que la razón por la que iba era marcharse.

¿He dicho Parlamento? No exageremos. El Parlamento ayer votó desactivarse seis meses, hibernar. Sánchez irá un par de veces, es verdad. Pero no a cumplir ni a exponerse a una votación, sino a informar.

¿Puede decirse que en España hay 17 estrategias contra el coronavirus, tantas como autonomías, pero ninguna solución?

Se suceden los atentados islamistas en Francia al tiempo que se agrava la crisis sanitaria y económica. ¿Sabéis que Marine Le Pen ganaría la primera vuelta de las elecciones presidenciales?”.

En Onda Cero, Fernando Ónega opinaba: “Supongo que, cuando te refieres al Parlamento, te refieres al muro de las lamentaciones que hay en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Allí, en un día como el de ayer, se oyó todo, menos al presidente del Gobierno, que pedía con su silencio y después con su ausencia que le aprobaran el estado de alarma más largo y confuso de la Unión Europea y del mundo mundial.

Y eso era todo. En el orden del día no había otra cosa. El Parlamento puede sugerir iniciativas y hacer proposiciones, incluso de ley, pero nadie presentó ninguna. Sus señorías fueron allí a lamentarse de lo mal que viene el virus, de lo distinta que va a ser la Navidad y de lo mal que lo vamos a pasar, que los próximos tiempos vienen duros.

Incluso Arrimadas dijo que pronto se adoptarán medidas más contundentes. El muro de las lamentaciones, ya digo. Después se vota, y ya está: si hay mayoría, estado de alarma hasta mayo. Y como la hubo, Sánchez e Illa tan felices, a esperar el ataque del Covid.

No pidáis ideas al Parlamento, que solo está para protestar, censurar, refrendar o aplaudir. No le pidáis iniciativas novedosas, que son complicadas de tramitar. No le pidáis que arregle esto, que siempre responderá que el Congreso no es el Poder Ejecutivo.

Y además, no vale la pena pensar, porque en este país, las únicas ideas que se aceptan son las de Moncloa, que tiene hilo directo con los sabios. Tampoco me voy a quedar corto: compite con Díaz Ayuso a ver quién tiene hilo más directo con Dios”.

En la SER, José María Izquierdo afirmaba: “En una importante sesión parlamentaria que vio no sin asombro cómo Sánchez, de manera incomprensible, escurría el bulto, el ministro Illa planteó bien la disyuntiva en su respuesta al pimpollo Casado: tiene usted que elegir entre la ultraderecha o ser un partido de Estado.

¿Hace falta insistir en qué elige el líder del PP? No quiere el Ojo decir aquello de "Ya se dijo aquí", que no se tañeran campanas cuando Pili pareció que se separaba de Mili, o al revés, comprobado que aquello fue solo una guerrita entre los jefes de las derechas para ver quién era el más chulito del patio del colegio.

Ya habrán visto que no ha cambiado mucho la actitud de uno y otro frente al Gobierno, al que no hay que darle ni agua, así se caiga el cielo sobre nuestras cabezas o el bicho apriete como nunca. Les da igual, que su presencia en la vida política no se debe a la búsqueda del bien para los ciudadanos. Ellos están, únicamente, para reservar a los suyos oro, incienso y mirra”.

En la COPE, el economista José Maria Gay de Liébana destacaba: “Atendiendo a los objetivos de ingresos y gastos para el total de las Administraciones Públicas del Plan Presupuestario, vamos a presentar, a cuánto ascenderá, de un lado, el total de ingresos y, de otro, la dolorosa, o sea, el gasto público en 2020 y 2021.

En 2020, el objetivo de ingresos totales es del 41,7% sobre el PIB, lo que asciende a 461.000 millones de euros, por debajo de los 487.000 con los que se cerró 2019.

De los 461.000 millones de ingresos de 2020, 417.000 millones corresponden a presión fiscal: 260.000 millones a impuestos y 157.000 millones a cotizaciones sociales.

El gasto público total en 2020 será del 53% del PIB, lo que arroja un montante de 586.000 millones de euros, muy por encima de los 522.000 millones de 2019, o sea, que el aumento de gasto público para este año será de 64.000 millones.

El déficit público de 2020, según el Gobierno, será de 125.000 millones de euros, bastante por debajo del estimado por el FMI que rondaría los 160.000 millones.

En 2021, los ingresos públicos totales sumarían 494.000 millones de euros, 40,3% del PIB, frente a un gasto público de 588.000 millones. El déficit, también según el Gobierno, sería de 94.000 millones.

Pero en 2021 la previsión de presión fiscal es de 450.000 millones de euros, de los cuales 291.000 serían impuestos y 159.000 cotizaciones sociales. Dejamos para otro momento el golpe fiscal que vendrá en 2021… ¡Suspense!”.