El programa electoral de VOX incluye la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. En esta línea, el partido que lidera Santiago Abascal ha propuesto que las mujeres embarazadas en riesgo de aborto tengan que hacerse una ecografía en su centro de atención primaria. El objetivo es “obligar por ley a que no haya una sola mujer a la que se pague el aborto por la Comunidad de Madrid si no acude con una ecografía hecha”, explicó Gádor Joya, diputada en la Asamblea de Madrid, durante el Foro Europeo por la Vida, celebrado el pasado mes de diciembre.

VOX pretende imitar los pasos provida que están dando en EEUU, donde en algunos estados no se puede abortar, por ejemplo, tras el primer latido del corazón del feto.

La intención de VOX es muy buena. Si no puede derogar la ley del aborto -eso sería lo ideal- al menos que tome medidas para que se reduzca el número de niños asesinados en el seno de sus madres. Ahora bien, una cosa es lo que se dice y otra bien distinta lo que se hace. Porque conviene recordar que Rocío Monasterio apoyó los presupuestos de la Comunidad de Madrid sin que Ayuso tocara las leyes LGTBI de educación aprobadas por su colega de partido, Cristina Cifuentes.

VOX, ha llegado el momento de defender la vida... con los hechos.