Estimado lector: desde que se ha levantado esta mañana, usted no ha parado de contaminar y generar una huella de carbono más o menos extensa. Una huella que crece cada vez que compra algo con su tarjeta de crédito o débito. Efectivamente, es tremendo.

Pero tranquilo, porque Ana Botín tiene la solución, que ha puesto en marcha en la filial chilena del Santander: primero le dice al cliente cuál es su huella de carbono y después le ofrece dos maneras de compensarla. Aquí está la clave: las dos implican un desembolso, bien para comprar bonos de carbono o bien para financiar directamente proyectos verdes. Es una aportación voluntaria, naturalmente… pero ¡ay de aquél que no la haga!

No lo duden: dentro de no mucho habrá okupas del medioambiente, esto es, personas que no pagan por su huella de carbono. Lamentable.