A Pedro J. Ramírez le echaron de la dirección de El Mundo, según él, porque un hombre importante sólo tiene enemigos importantes y, según él, fueron cinco prebostes los que le echaron de la dirección de El Mundo y sobre los que tomará cumplida venganza. A saber: Juan Carlos I, Mariano Rajoy,  y los tres hombres del fenecido SEC: Emilio Botín César Alierta e Isidro Fainé. Les acusa de echarle de la dirección de El Mundo.

De Emilio Botín ya no se podrá vengar. Incluso se lleva bien con su hija, actual presidente, Ana Botín. Pero aún le quedan cuatro. Con el rey Juan Carlos I está ajustando cuentas, con la publicación de papeles comprometedores. ¡Oh sí!. Y ahí tenemos otra vez a don Pedro, mismamente como si volviera a estar al frente de El Mundo, ajustando cuentas, a golpe de escándalo.

En estos momentos anda muy ocupado con el Rey Juan Carlos I. Tiene que matarlo en vida, aunque hay que reconocer que en la operación colaboran con entusiasmo El País y RTVE, por lo general, divididos en dos grupos: los malos y los tontos útiles.

Ramírez y Cebrián no han servido a la información: se han servido de ella. Eso sí, lo han hecho muy bien

Curioso país iconoclasta: se carga al hombre que trajo la democracia a España pero, eso sí, lo hacen en nombre de la democracia.

Y ojo, porque el Gobierno colabora y anima la cacería. Pero ojo, es la indolencia del actual monarca, su hijo Felipe VI.

Insisto: Pedro J, Ramírez y Juan Luis Cebrián son los periodistas más famosos de todo el siglo XX pero han supuesto un baldón para la profesión. Ambos, desde posturas ideológicas no precisamente próximas, no han servido a la información sino que han servido de ella. Y si algún lector, por ejemplo, periodista, considera que esto es una obviedad… es que estamos tocando fondo.

Ahora, mismamente, Pedro José.