Sr. Director:
Volvamos nuestros ojos a España o a cualquier nación europea y no encontraremos ni la mas pequeña aldea en la cual no exista una iglesia, capilla o lo que sea, lo cual quiere decir que en esos tiempos pasados lo primero en todas las naciones europeas era la Religión Cristiana, y su vida y sus leyes con cordaban con los mandamientos divinos; esto no quiere decir que la sociedad fuese perfecta, condición que solo Dios tiene, pero la convivencia, la fraternidad de la mayoría se cimentaba en su fe en Cristo, su Dios y Salvador, y toda su vida estaba olrientada haca su final, pues fruto de aquella fe era la espera de alcanzar la vida eterna.
Han ido pasado los tiempos, aquella fe ha ido disminuyendo, pues a medida que se producía un incremento en el orden matetrial se producía una disminución de la vida religiosa. Me gusta escribir experiencias propias, porque los hombres cada uno podemos tener nuestras ideas, pero lo que es indiscutible es que en España, y además de haber sufrido una guerra con miles y miles de asesinatos por el mero hecho de ser cristiano, hayamos llegado a la situación actual.
La Iglesia Católica ha sufrido y sufre una crisis terrible, en muchos lugares ya no es la Iglesia que Cristo fundó, donde lo primero es amar a Dikos y luego al prójimo, se han humanizado, desacralizado tanto que solo se haba del bien material, de la calidad de vida, etc. Claro, si aquella sociedad que había basada en la doctrina cristiana, en la cual lo espiritual y religioso es lo fundamental, ya no servía, había que ir con los tiempos; y así hemos visto como aquellas naciones cristianas se han convertido en naciones laicas, sin Dios, estableciendo unas leyes contrarias a la Ley de Dios. Y como consecuencia de esta nueva Iglesia, vemos como se ha perdido la fe, y en la situación actual, ya estamos viendo, como al eliminar a Dios de la vida social, nada funciona bien, impera el caos. Pues la solución para esta sociedad, partiendo de que nunca será una sociedad perfecta, tenemos que recuperar nuestro pasado, manifestando con nuestras palabras y obras que no somos perfectos, pero con los acontecimientos que estamos viviendo, se ve claramente que este caos que impera en la sociedad, se produce al eliminar a Dios y sus leyes. Tenemos que recuperar nuestro pasado, sino no hay futuro. Y así vemos como se quiere establecer un plan denominado 2030, donde se habla de una sola Iglesia Universal, sin Dios. Pues menudo porvenir que nos espera. Y termino este escrito con su título:”·O volvemos al pasado o no hay futuro.”