Sr. Director:
La extensa y dolorosa experiencia que padecemos en España por el terrorismo etarra, así como turbias maniobras orquestadas en torno a los terroristas por algunos de nuestros Gobiernos, justifica que podamos albergar legítimas dudas ante la reciente detención del asesino etarra «Josu Ternera». No resulta muy comprensible que -justo ahora y en el momento político tan delicado que atravesamos-, sea detenido un tipejo que se había fugado con demasiada facilidad en otras ocasiones, y que prácticamente vivía sin apenas sobresaltos, pese a que su localización parecía del dominio público. Pero cuando además se añade que el detenido padece un cáncer de estómago... la cosa comienza a oler peligrosamente a un nuevo caso Bolinaga. Sería muy terrible, además de suponer un nuevo escarnio para las víctimas del terrorismo y para tantos hombres y mujeres que se han estado jugando la vida contra los terroristas, que la detención de este asesino y director de asesinos, acabase en unos cuantos días en chirona y en pasearse por las herriko tabernas de chupito en chupito y de homenaje en homenaje. Y por supuesto, siempre bajo los atentos cuidados sanitarios que gratuitamente le ofrece su odiada nación española.