Sr. Director:
3º La Educación.
Para una nación, si la Economía es importante porque nos permite acceder a los elementos básicos para vivir como son la alimentación, la vivienda y el vestido; la educación, y la buena formación, es clave en la mejora de las personas, y por su importancia es por lo que me voy a referir a este punto en tercer lugar.
La educación es un punto esencial para la convivencia, el desarrollo y el progreso. Se dice que el progreso se alcanza con la mejora del conocimiento. Pero ese conocimiento y la consecuente formación de la persona, comienzan y deben de comenzar en la familia, en el propio hogar donde empieza la vida; y desarrollarse en la escuela, en la Universidad y en los diversos centros educativos que proporcionen un ordenado perfeccionamiento de la persona.
Dando conocimiento en las humanidades y el pensamiento, las ciencias y las nuevas tecnologías que el ser humano es capaz de desarrollar contribuyendo con ello al progreso de la sociedad en la que viven.
Pero para que esa educación sea eficaz en su más alto grado debe desenvolverse en total libertad.
¿Cuántas cosas buenas, y cuántos desmanes, se realizan en nombre de esta palabra? Los políticos actuales nos llenamos la boca diciendo que se recortan libertades, o que se dan libertades en éste o aquel tema; y no enseñamos lo esencial o no procuramos que otros hombres más doctos lo enseñen, que es el buen uso de esa libertad que es consustancial con el hombre y el bien más sagrado que posee. Empezando porque el ejercicio de esa libertad, lleva aparejada la responsabilidad inherente a ese ejercicio y sus consecuencias.
Por lo tanto creo que en estos nuevos tiempos que estamos viviendo, otro paso, el tercero en este Cambio, es que la enseñanza y la educación en nuestro país se empiece a ejercer y vivir en libertad; sin que este encorsetada por formas y modos trasnochados.
Quienes tienen que educar a sus hijos son los padres, es su obligación como progenitores, al igual que alimentarles vestirles y atenderles. El estado en estas cuestiones es meramente subsidiario. Por tanto el derecho inalienable que los padres tienen es que sus hijos sean educados como ellos quieren, y nosotros solo tenemos que poner los instrumentos y medios para que esto se cumpla sin intervenciones que impliquen discriminaciones.
El artículo 27 de nuestra Constitución consagra en esencia todo lo dicho anteriormente. La pregunta que me hago es ¿se cumple en todos los puntos esenciales? Afirmo desde aquí y en estos momentos que No.
Los seis primeros puntos, incluyen los fundamentos a que he hecho alusión en las anteriores consideraciones, pero.., ¡ay los peros! Los cuatro últimos del 7 al 10, terminan invariablemente con "los términos que la ley establezca", "los requisitos que la ley establezca", "garantizar el cumplimiento de las leyes"… Y ello es porque en estos apartados toma una clara relevancia la intervención del estado, o para mejor explicarlo el Gobierno de turno. Hecha la ley, hecha la trampa, dice un refrán castellano.
Me van a permitir llegado a este punto, una personal consideración. En la gestación de nuestra Constitución se hizo un ejercicio de responsabilidad de tal magnitud, que como todos los actos grandes, pasaron desapercibidos, menos para los actores de los mismos. Y esto las actuales generaciones debían de saberlo. Hay dos padres de la Constitución, a los que denomino "los ocultos".
Esto sucedió, al llegar precisamente al artículo que nos ocupa. Las deliberaciones de los padres constituyentes se atascaron. Y fueron las dos personas cuyos nombres no voy a decir evidentemente, los que resolvieron el problema de éste y algunos más. Uno ya falleció, el otro todavía está entre nosotros; y tanto él como los padres de la Constitución actualmente vivos saben de lo que hablo.
En el punto 4 se indica: La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.
En consecuencia, la enseñanza en nuestra Nación si es obligatoria hasta los dieciséis años, debe de ser gratuita para todos los españoles sin discriminación de ningún tipo, hasta la edad fijada. Y como en la actualidad las leyes que nos hemos dado se prestan a confusión voy a proponer ciertos cambios a este Parlamento de esas leyes, para una mejor adecuación a lo que la Constitución consagra; así como la mejora del artículo 27.
- El primero de ellos es que la financiación se realice a través de los padres, en vez de ser a los centros educativos. Creo que esto es algo que lleva muchos años demandando nuestra sociedad.
- Que la elección de los colegios la puedan realizar los padres libremente. Punto 3
- Facilitando la creación de centros docentes. Punto 6