Sr. Director:

Se acusa injustamente a nuestros progresistas porque eluden calificar de dictadura al sistema imperante en Cuba, cuando en realidad son coherentes con los parámetros que utilizan para identificar dictaduras, ya que su modelo fundamental es el franquismo.

Veamos: durante la dictadura franquista se levantó un país devastado tras una guerra civil hasta situarlo entre las primeras potencias económicas del mundo, y no pasó mucho tiempo para que pudieran regresar todos los exiliados, pues las fronteras españolas estaban abiertas para entrar y sobre todo para salir; en España se superó el hambre y la miseria lográndose un innegable ascenso económico generalizado y favoreciéndose el desarrollo de una clase media que garantizara la convivencia política y social futura; nunca existió el velado fomento de un turismo que buscase la prostitución de un pueblo desesperado y dispuesto a todo; tanto en el claustro universitario como en el ámbito artístico y literario abundaban los opositores al franquismo tolerados por el régimen; el dictador no quiso perpetuarse en su descendencia familiar; etc., etc. 

Analizando lo anterior y viendo que en nada se parece a lo sucedido en Cuba, es comprensible que para los progresistas Cuba no sea una dictadura.

Y además de todo esto, Franco no era comunista, sino que se enfrentó a él y lo venció.