Escribo cuando parece que ha vuelto a imponerse la razón o, al menos, cuando renace el primoroso aforismo: "A la fuerza ahorcan". Todo indica que el presidente del Gobierno ha cedido a la buena razón y Esperanza Aguirre (en la imagen junto a  Francisco Álvarez Cascos) acabará por ser la candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid. El buen sentido para el PP, porque es la candidata con más tirón entre el electorado, aunque mi ronco de Moncloa asegura que Rajoy aún se resiste.

Porque el caso Aguirre se parece mucho al de Francisco Álvarez Cascos. El que fuera vicepresidente con Aznar se alejó de la política y luego (2010) le comunicó a Rajoy que estaba dispuesto a ser candidato para Asturias. Rajoy le ignoró y colocó a la desconocida Isabel Pérez Espinosa, cuyo nombre nunca recordaba. Cascos se cabreó, creó su propio partido… y resultó el más votado a costa de romper el voto conservador en Asturias.

A lo mejor ahora don Mariano ha aprendido la lección.

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