Se ha iniciado una campaña de publicidad bajo el eslogan: "En otoño el viento se lleva las hojas ¿Dónde te llevará a ti" Un lema un tanto fúnebre el que ha diseñado 'Vueling' de forma mancomunada con 'Viajes Ecuador' y 'Halcón Viajes'. Por otra parte la imagen gráfica está compuesta por el padre, la madre, el hijo y la hija: la "parejita". Sigue la publicidad deformando la institución matrimonial.
Al contraer matrimonio, el hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne. Así quedó la institución natural del matrimonio. Los bendijo Dios y dijo: "procread y multiplicaos y llenad la tierra". El matrimonio no es recibido de los hombres, sino que está radicado en la misma naturaleza.
En los últimos siglos se ha difundido una visión del matrimonio sin referencia a Dios como si fuera un asunto de la legislación civil, e incluso como un asunto privado entre un hombre y una mujer que establecen una relación cuyo contenido y duración determinan a su libre arbitrio.
Por esta razón la institución matrimonial se encuentra oscurecida por la epidemia del divorcio, del llamado amor libre y de otras deformaciones más.
El amor conyugal queda profanado por el egoísmo, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación, males que tienen su raíz en una concepción relativista de la existencia que produce un gran daño y es una de las causas de la decadencia civil y moral de la sociedad.
El matrimonio siempre será entre un hombre y una mujer. Las uniones de personas del mismo sexo, no son un matrimonio ya que van contra la ley natural. El contrato matrimonial no se lleva a cabo sin el consentimiento libre del hombre y de la mujer. Es una unión indisoluble, para toda la vida. Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla.
"Yo he conocido muchos matrimonios felices, pero ni uno sólo compatible. Toda la mira del matrimonio es combatir durante el instante en que la incompatibilidad se hace indiscutible y sobrevivirlo", asevera Gilbert Keith Chesterton.
clementeferrer3@gmail.com