Como barcelonesa ya estoy acostumbrada a que, con motivo de las fiestas de la Patrona de la ciudad, la Virgen de la Mercè, nuestro ayuntamiento obvie todo vestigio religioso.
La novedad es que, este año, de un laicismo excluyente se ha pasado a la provocación, y nunca mejor dicho pues la Virgen es sustituida por una chica sexy, llamada Mercé, encargada de traer al fiestorro algunos gloriosos grupos musicales del momento.
El cartel reza: La Mercé (encarnada por una joven más desnuda que vestida) de Estrella Damm. Cabe recordar que la Virgen, bajo esta advocación, sugirió a Pedro Nolasco la creación de una orden con el fin de redimir a los cautivos cristianos en tierras musulmanas. Si faltaban los donativos, religiosos y laicos de la orden se intercambiaban por los esclavos cristianos. Iniciativa tremendamente heroica que nuestras autoridades no sólo no rememoran sino que abjuran de ella desairando a su inspiradora, la Madre de Jesús.
Hoy es la chica exhibicionista quien se lleva el gato al agua, y no sólo todas las miradas, sino también los honores de esta fiesta.
Eva N Ferraz