Su marcha provocó el abordaje de Imperial Tobacco, que sólo ve a su filial española como un canal de distribución, lo que implicará despidos

Aunque los propios británicos de Imperial Tobacco preferían que se quedara. Para que liderara la división de puros con el Gobierno cubano, Antonio Vázquez, primer ejecutivo de la tabaquera hispano-francesa Altadis, prefirió marcharse. Y no lo hizo mal: cobró 8 millones de euros (más un paquete de opciones) y dejó tirado a todo su equipo.

Ante la falta de resistencia, los británicos entraron al asalto y pasaron a considerar España y Francia -o sea, Altadis- como un mero canal de distribución, pues si algo sobra en el sector son centros de fabricación (fumar está mal visto).

En cualquier caso, Vázquez se marchó y César Alierta le ofreció un puesto en el Consejo de Telefónica Internacional. Se suponía que iba a dedicarse a su afición favorita: la ópera. Con el patrocinio de los suizos de UBS dos semanas atrás daba un recital en el Casino de Madrid, recital que se ha convertido en CD.

Pero al parecer, el Bel canto no puede llenar toda una vida, razón por la cual en Telefónica causó honda sorpresa su presencia en la reciente cumbre de directivos, no de consejeros, de la Compañía, celebrada en la sede corporativa de Madrid. ¿La razón? Pues que Vázquez quiere reincorporarse a la vida laboral activa como directivo de Telefónica. Lo cual es un error, porque la venta de Telefónica no está prevista.