Y entiendo perfectamente su cabreo con El Mundo y con Federico Jiménez Losantos, empeñados en politizar la tragedia y concluir que ETA estaba detrás del asunto y, si me apuran un poco, ZP. Habrá que volver a insistir en que el siglo XXI no es la era de las conspiraciones, sino de los consensos. Las camarillas de conspiradores han sido sustituidas por lo políticamente correcto, el oligopolio de editores -asimismo, afortunadamente destrozado por los blogueros de Internet- y el pensamiento débil de los titulares. No hay que luchar contra logias enquistadas en el Sistema, sino contra la necedad de los consensos superciviles sobre cuestiones no superficiales; insisto, hay que luchar contra lo políticamente correcto, que concierte las sospechas en hechos, los prejuicios en conclusiones y la sociología en tópico. El consenso sobre lo políticamente correcto constituye el Sistema mismo, siempre inducido y controlado por un oligopolio, hoy por plutócratas y editores.
Lean la carta que remite Eulogio Paz: estupenda crítica y lamentable alusión.
Don Eulogio alude al autoatentado de George Bush, es decir, apuntándose a la doctrina de la conspiración, igualito que Pedro José y Federico Jiménez, sólo que de signo opuesto-. ¿Autoatentado? Qué quiere decir mi tocayo? ¿Que el 11 de septiembre de 2001, más de 3.000 muertos en Nueva York, fue planeado por George Bush para justificar la desastrosa invasión de Iraq? Pero hombre don Eulogio, ¿no se da usted cuenta de que, de esta guisa, está usted cayendo en aquello de lo que, no sin razón, acusa a los conspiradores Ramírez y Jiménez sólo que multiplicado por 15, es decir, la diferencia que va de 192 muertos a más 3.000? ¿No se da usted cuenta, además, de que, de esta forma, alimenta la cobardía en la que se ha sumido España desde el 11-M, un síndrome de Estocolmo que nos ha llevado a la rendición anticipada de la alianza de Civilizaciones y, al mismo tiempo, al cainismo de acusar a Aznar del 11-M? Mantengamos la cordura: ni ZP planificó el 11-M ni Aznar es culpable por más que apoyara la guerra de Iraq. El culpable es el terrorismo islámico que siente una especial obsesión por España y pretende secuestrarnos. Pero al secuestrador hay que hacerle frente con apoyo de las fuerzas de orden público, no volverse contra el policía en defensa de quien nos tiene presos.
A su hijo, don Eulogio, le asesinaron terroristas islámicos que odiaban a Occidente y a España. Tiene usted toda la razón al exigir a El Mundo que deje de hurgar en su dolor por un sostenella y no enmendalla, pero no caiga usted en el mismo vicio desde el otro extremo del péndulo. El enemigo es el que es, y no puede estar al lado, sino enfrente. De otra forma, seguiremos, no en la teoría de la conspiración, sino en la de las conspiraciones, una de izquierdas y otra de derechas. Ambas falsas.
Fue en España, no en Estados Unidos, ni en Reino Unido, ni Australia, ni otros países sacudidos por la nebulosa Al Qaeda, quien se ha vuelto contra sí mismo y quien aún se encuentra dominado por el espíritu guerra civilista resurgido por el 11-M. Es éste el único país en el que cuando se habla del mayor atentado de nuestra historia, no se señala a Ben Laden sino al adversario político, sea el PP o el PSOE. La Yihad se debe frotar las manos de gusto.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com