Para entendernos, doña Soraya, antes de leerse los Presupuestos Generales del Estado para 2012, ya ha dicho que son fatales y que van a pedir su devolución. Bueno, eso es lo esperable de la oposición: oponerse. Ahora bien, la primera crítica de doña Soraya fue la tardanza en presentar los PGE 2012, retraso con el que el PP antepone "sus intereses electorales a los derechos generales del país".
Pero Soraya, princesa, prenda, capullito de alhelí: si era tu gobierno, el Ejecutivo Zapatero, el tuyo, el que dejó sin hacer unos presupuestos que le correspondían, dado que deben presentarse el 30 de septiembre en el Congreso y las elecciones fueron el 20-N.
¿En serio que ha sido el PP quien utilizó electoralmente el retraso en los presupuestos? ¿De verdad podían haberse hecho antes? ¿En serio?
Pero mayor rostro pétreo y algo bastante más miserable, ha sido la alusión de doña Soraya a Pilar Valiente, nombrado número dos de la Oficina Central de Inspección. Hay que tener muy mala leche, Soraya, prenda, para considerar a uno de los pocos altos cargos que tuvo la decencia de dimitir sin haber hecho nada malo y mucho bueno, simplemente porque se entendía que no había reaccionado demasiado pronto (yo creo que es falso) y, sobre todo, para que sus superiores salieran bien librados, como arquetipo del fraude fiscal. Eso, Sorayita, es de canallitas.
Eulogio López
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