Sr. Director:
El próximo domingo, 18 de febrero, los andaluces estamos convocados a un referéndum sobre el Estatuto de Andalucía.
El PP ha adoptado la estrategia política -discutible- de involucrarse en la elaboración del mismo, y ha conseguido un primer objetivo positivo, que el proyecto inicial de Estatuto, impulsado por el PSOE y que era una reproducción del inconstitucional de Cataluña, sea más constitucional. No sin ello, de crear un precedente en la desvertebración de la indisoluble unidad de la Nación española, patria común indivisible de todos los españoles. El PSOE, el PP e IU, están pidiendo el sí. Y el Partido Andalucista (PA), el no.
Personalmente, no estoy de acuerdo con este Estatuto de Andalucía, innecesario, intervencionista, que regula un modelo de familia incompatible con la naturaleza del matrimonio, que abre la puerta a la eutanasia, que propugna un tipo de educación laica (laicista), en un Estado aconfesional, y que se entromete en regular la orientación sexual, de una forma neutra, con concesiones a la ideología de género. Además, entre otras muchas cuestiones, como el vaciado de competencias del Estado, la regulación sobre el Poder Judicial de Andalucía invadiendo competencias del TS y del CGPJ, la creación del Consejo Audiovisual de Andalucía, que podría operar como órgano de censura de la libertad de expresión, materia encomendada a los Tribunales de Justicia, o las relaciones de bilateralidad entre la Junta de Andalucía y el Estado, con las consiguientes referencias erráticas a la realidad nacional andaluza, en el marco de la unidad de la nación española.
Si a esto, añadimos un estudio comparativo entre los Estatutos de Cataluña y Andalucía, observamos que aún teniendo Andalucía casi un millón de habitantes más y siendo casi tres veces mayor en extensión que Cataluña, el Estado invertirá en esta el 18,5% y el 17% en Andalucía, existiendo más hospitales, residencias de ancianos, plazas de escolarización, infraestructuras, y mejora laboral en Cataluña. Hay unas diferencias abismales en los Fondos Estructurales, en los incrementos de financiación y en la Deuda Histórica, recogidos en los dos estatutos, a favor de Cataluña. Entonces, ¿de qué solidaridad interterritorial estamos hablando?
Ante este panorama, los ciudadanos andaluces que no han requerido ningún nuevo Estatuto, y menos para empeorar, mucho me temo, se quedarán en sus casas, obteniéndose un alto porcentaje de abstención. Los que acudan a votar, y suscriban estas ideas, pueden hacerlo por el no, con el inconveniente de que se confunda su voto con las tesis bien distintas del PA, o bien, votar en blanco.
Javier Pereda Pereda
javier.peredapereda@gmail.com