La Nación es un gran periódico argentino, pero esta vez no anduvo muy fino. Hay algo peor que la mentira, y es la simplificación. Veamos: en primer lugar no ha habido ultraderechistas enfrentándose a latinos en Alcorcón. Eso es una chufla, entre otras cosas porque en España la ultraderecha no existe. Desgraciadamente está empezando a crecer ahora, ante las exageraciones de extremistas de izquierda y de independentistas vascos o catalanes, pero le cuesta tanto crecer que creo disponemos de mucho tiempo. En la España de hoy, existen muchos más ultraizquierdistas, y sobre todo muchos más progres que no son radicales porque para alcanzar la cota de radicalidad hay que pensar, y los progres no están muy acostumbrados- que ultraderechistas. Y a los que nos sentimos más cómodos en la izquierda clásica de la justicia social que en la derecha capitalista (perdón, neoliberal) el asunto nos molesta un poco.

Hispanidad siempre se ha mostrado partidario de las fronteras abiertas a los inmigrantes, especialmente a los inmigrantes latinos. En esto no coincidimos con el PP y las tesis del PSOE se nos quedan cortas. Pero fronteras abiertas no significa permitir a los inmigrantes faltas de respeto a los indígenas, a sus costumbres y modos de vida. Es el que llega quien debe acomodarse a tu forma de vida, de la misma forma que el invitado debe acomodare al modo de vida de su anfitrión, no al revés.

Las llamadas bandas latinas no son más que unos majaderos delirantes, que se dedican a reclamar respeto, aunque ellos respeten poco o nada, por ejemplo, a las mujeres. Por eso, y porque miembros de esas bandas dejaron herido grave a un español y los jóvenes de Alcorcón se cabrearon. Esto es: una cosa son las fronteras abiertas y otra la memez: no es racista ni xenófobo el poner una frontera o el propinar un par de tortas bien dadas la famosa santa bofetada- a un latin king o a un ñeta, o a cualquier otro tipo de estúpido, que insulta, asalta, viola o asesina.

Y si en España puede existir cierta xenofobia hacia los ecuatorianos es cada vez menor, siempre primaria-, simplemente eso es mentira respecto a los argentinos. Sobre los argentinos, yo sólo he oído chistes acerca de su concepto de sí mismos. Les ofrezco dos:

¿Cómo se suicida un argentino? Se encarama a lo alto de su ego y se precipita al vacío.

Otro :

La mayor especulación del mundo consiste en comprar a un argentino por lo que vale y venderlo por lo que él cree que vale.

Pero que conste que estos chistes siempre me los cuentan amigos argentinos.

Así que menos rollos.

Eulogio López