Muchas reacciones a la información de Hispanidad en la que contábamos que, según su última encuesta interna del partido de Zapatero, el PSOE aventaja al PP en más de siete puntos de intención de voto. Muchos lectores lo consideran una manipulación socialista en la que Hispanidad habría caído.
Pues bien, hoy hay que añadir que este tipo de encuestas establecen distintos escenarios, con lo que la conclusión, más que una foto fija, es una incógnita. En definitiva, hablar de siete puntos de ventaja es hablar de la parte baja de la horquilla. La alta está ya en terrenos de mayoría absoluta, algo que puede lograrse a partir de los 8,5 puntos de ventaja, dependiendo de la distribución de escaños por provincias, que puede jugar malas pasadas. Sorprende, habrá que repetirlo, el tirón del PSOE en Cataluña, Andalucía y Euskadi, pero manteniéndose en todas las comunidades con la excepción de Navarra y Aragón.
Por cierto, tampoco fueron buenas las reacciones a la información de este diario electrónico sobre el apoyo del gobierno Zapatero a la III República. Bueno, hoy es algo aceptado por todos los partidos y todos los medios, que comienza a preocupar ya era hora- a la Zarzuela y que ha sido el único punto distintivo de la conmemoración sindical del 1 de mayo. Por toda España se celebran manifestaciones con la bandera tricolor y con cualquier tipo de motivo progresismo, feminismo, música alternativa, protestas contra alcaldes- con la III República como banderín de enganche.
Los mentideros políticos consideran que el apoyo de La Moncloa a la causa de la III República, con la recuperación de la memoria histórica y otras iniciativas, puede darse por confirmado desde que fue expresamente negado por la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, para quien homenajear a la II República no es atentar contra la monarquía. En efecto, no se habla de la Segunda, sino de la Tercera.
Como buena operación de marketing político, en la campaña pro Tercera República se habla de los valores republicanos de la Segunda, sinónimo de libertad y democracia. De esta forma, no se somete a debate el régimen republicano digno de todo elogio como sistema de Gobierno- frente al sistema monárquico, sino la ideología concreta del Régimen de 1931. El equívoco es importante, dado que muchos españoles son republicanos, pero también muchos recuerdan que la II República contó entre su deber con muchos asesinatos y muchas violaciones de la libertad, dado que degeneró hacia un régimen revolucionario.
Toda esta campaña alentada por Zapatero es lo que un alto cargo socialista durante la etapa de Felipe González califica como Operación Alfonso XIII. No olvidemos que el abuelo de actual monarca no fue derrotado en las urnas ni en el parlamento, pero prefirió abandonar el país para no provocar un enfrentamiento entre españoles, y lo que hizo fue acelerar dicho enfrentamiento.