Sr. director:
He leído con tristeza, pero sin sorpresa, que la plataforma "Nunca mais" reconoce que el dinero que recauda no va destinado a ayudar a los afectados por la marea negra, sino a financiar protestas contra el actual gobierno.
"Nunca mais" es un ejemplo más de uno de los peores males que afecta a la progresía. Los progresistas, al contrario que instituciones como la Iglesia católica, suelen protestar mucho para denunciar los problemas, pero trabajar muy poco para resolverlos.
Y no sólo pasa con el chapapote. Sobre el SIDA, por ejemplo, se oyen denuncias contra los laboratorios que han descubierto medicamentos por no venderlos baratos, contra la Iglesia por recomendar la fidelidad conyugal en lugar del condón... pero lo más que se hace es lucir un lacito rojo. Mientras tanto, el 25% de los enfermos de SIDA del mundo son atendidos por instituciones católicas, y casi otro tanto más por cristianos protestantes.
"Nunca mais" y los progresistas en general necesitan que alguien les repita lo que dijo Pedro Bermúdez a Fernando, infante de Carrión y maltratador de su esposa, cuando hablaba mal del Cid: "Lengua sin manos ¿cómo osas fablar?".
Bartolomé Cuerda Villa