Blesa se apoya en todos los enemigos políticos de Aguirre. Los británicos se envalentonan y pretenden, una vez más, quedarse con la compañía española a bajo precio
El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, está convencido de que en marzo de 2009 no renueva hasta 2015, tal y como era su intención. Por tanto, está dispuesto a plantar cara a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ente tutelante de la entidad.
La última, del mismo lunes. En la Comunidad no gusta la actitud acomodaticia de Caja Madrid respecto a Iberia, que considera calcada de su actitud cuando la batalla de Endesa. En esa ocasión, Blesa, propietario de un 19% de la eléctrica, manifestaba que haría "lo mejor para la Caja", es decir, que estaba dispuesto a vender a la alemana E.ON, contra el parecer de Esperanza Aguirre. Ahora, en el Gobierno madrileño, están convencidos de que Blesa quiere venderle su participación en el Corte Inglés a British Airways (BA).
Para acabar de fastidiar la cuestión, el presidente y consejero de legado de BA, Willie Walsh. Ha comprado un 3,5% de Iberia, por lo que posee un 13,5%. Hasta ahí todo bien, dado que se le había pedido un mayor compromiso con Iberia. Ahora bien, el domingo, apenas cuatro días después, Walsh se descuelga con unas declaraciones más agresivas, en las que manifiesta que no descarta una OPA sobre Iberia. Al fondo no olvidemos que hacerse con Iberia es hacerse con la Terminal 4 del aeropuerto de Baraja, el gestor más importante del mundo en vuelos con y desde Hispanoamérica.
Ojo, y ahora es el momento ideal para lanzar una OPA sobre iberia cuya cotización se ha derrumbado, junto al todo el mercado, hasta 2,55 euros por acción.
¿Qué cual es la diferencia entre el caso Alitalia y el caso Iberia? Que la italiana está quebrad mientras la española es la compañía de bandera más rentable de toda Europa.
Por cierto, Blesa no sólo no hace caso a Aguirre sino que le tiene declarada la guerra, la guerra política. No olvidemos que Aguirre se postuló como sucesora de Rajoy la noche electoral del 9-M, cuando sus periodistas afines postulaban la dimisión de Mariano Rajoy. En ese momento, una serie de líderes del PP, como el valenciano Francisco Camps, el andaluz Javier Arenas, o el castellano Herrera, dieron un paso al frente para dejar claro que no admitirían el liderazgo de la policía madrileña. En definitiva, Blesa todavía tiene esperanzas de que un Mariano Rajoy cabreado con Aguirre le vuelva a salvar de las garras de la presidenta.