Es una alternativa a La Noche en Blanco, en la que el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y sólo por ello debería ser atendida.

El monasterio -no es parroquia, pero tiene más culto público que muchas- está situado en pleno centro de Madrid, a 40 metros de la Plaza Cibeles. Como se ubica dentro del barrio de Chueca, tomado por los homosexuales, los gays se ven obligados a luchar contra la homofobia manifiesta de las madres clarisas, por lo que cada noche, especialmente los fines de semana, orinan en la puerta, gritan, blasfeman y, por lo general, tratan de hacer todo el daño posible. Aunque hay que reconocer que a lo mejor no son sólo gays, sino todo tipo de fauna nocturna, dado que la policía no tiene mucho interés -recuerden que la policía es progresista- en salvaguardar el orden y en descubrir a los ladrones, y profanadores de iglesias, a pesar de que estos actos delictivos están al orden del día y cada vez son más numerosos.

Sin embargo, las madres clarisas -peligros agentes de la reacción internacional- abren su iglesia a las 7,30 de la mañana, y tras la misa conventual, a la que puede asistir cualquiera, exponen al Santísimo en la Custodia hasta la hora de cierre, que suele rozar las siete del a tarde. De los beneficios de la exposición al Santísimo ya he hablado reiteradamente.

Pues bien con el siguiente programa, San Pascual Bailón ha planteado una noche en blanco en el templo, música y poesía incluidos.

Insito: el futuro inmediato, no de la Iglesia, sino del mundo, dependerá de lo que mucho, o poco, que se administren los sacramentos de la confesión, la comunión, y de cuanto tiempo esté la humanidad ante la forma consagrada, hecho que obra milagros.

¿Y si nos atacan por rezar? Pues recuerden que los momentos más brillantes de la historia de la Iglesia se han caracterizado por la existencia de mártires.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com