Sr. Director:
He leído con interés su artículo sobre Medjugorje porque hace unos tres meses yo también conocí este acontecimiento y fui profundamente impactado. He visto renacer mi Fe y con ella la Esperanza.

En mi opinión, pareciera ser María quien funge como el testigo de Dios en estos tiempos; es decir, parece ser el instrumento con el que Dios quiere dirigirse a los hombres de este siglo.

He tenido oportunidad de revisar casi todos los mensajes de la Virgen durante los más de 20 años de apariciones y no encuentro en ellos nada contrario a lo que nos enseña la Iglesia. Esto es algo que los escépticos dentro del mismo pueblo católico deberían tomar en cuenta.

Los mensajes me parecen unidos bajo una lógica: el desarrollo de un magisterio para la santidad. María parece estar desarrollando un magisterio dirigido a corazones sencillos.

Me atrevo a decir que atender los acontecimientos en Medjugorje es un acto opcional. Porque si María es, como ya dije, el método de Dios para hablar a los hombres de nuestro tiempo, lo más razonable es escucharle.

Arturo Tapia

intemperante@yahoo.com.mx