La propuesta inicial del presidente consistía en repartir 7,3 millones de euros 

Mientras, se congela el salario de los directivos. El truco consiste en cargar contra reservas sólo 65 millones de los 400 que suponen las minusvalías de Sacyr. Por contra, los 227 millones de Repsol han sido cargados contra beneficios.
En el mundo empresarial madrileño sorprendió que Ignacio Garralda, presidente de la aseguradora Mutua Madrileña (MM), eligiera el límite legal para presentar resultados, un día antes de las vacaciones de Semana Santa. Y también sorprendió que prometiera solvencia total pero que aseguraba que las retribuciones de los consejeros se harían públicas dentro de cuatro o cinco semanas. Caramba, qué cosas, como si nos las conocieran ya.  

Veamos, la teoría oficial consiste en que los 14 vocales de Mutua se repartirán 2 millones de euros, aunque la propuesta inicial llevada al Consejo, según han comunicado fuentes del mismo a Hispanidad fue de 7,3 millones de euros. Todo esto en un año donde se congelarán los sueldos de los directivos y en una entidad mutual.

Veamos, por estatutos, los consejeros de MM sólo pueden repartirse un 1% del beneficio neto anual. Beneficio 2008: 301 millones. Por tanto, el máximo que pueden repartirse es 3 milloncejos. Pero hay otro problema. Por pura casualidad, la minusvalía de la Mutua en Repsol, donde posee algo más del 2% del capital se ha llevado íntegramente contra beneficio, la minusvalía de Sacyr (5%) que supera los 400 millones de euros, sólo se ha llevado en un mínima parte (65 millones) contra capital y el resto contra reservas.

Quede claro que las nuevas normas internacionales de contabilidad permiten está práctica y que, por tanto, Garralda no ha incurrido en ilegalidad alguna. Pero, eso sí, si las minusvalías se hubieran trasladado en su conjunto, nos encontraríamos con que Mutua, sencillamente, habría dado pérdidas. En resumen, con esta ingeniería contable no sólo ha mostrado su semblante más risueño sino que incluso -y esto sí es dinero contante y sonante- los vocales del Consejo podrán cobrar un buen pellizco. Si sale la primera propuesta (7,3 millones de euros), tocan a 500.000 euros por cabeza; si la que se baraja de puertas afuera, 150.000 euros por barba. Insistimos: no es que sea ilegal, pero alguien podría pensar que es inmoral.

Y eso en un año donde disminuyen los ingresos del negocio recurrente y que comenzó con una plusvalía, de la de inversión en el Santander que superó los 400 millones de euros. Y es que cuando la crisis aprieta hay que recurrir a cualquier cosa... para poder cobrar una cantidad aceptable.