El problema de Zapatero no es lo que dice sino que no sabe lo que está diciendo. La idea de un tributo contra la especulación financiera (sí, existe la especulación bancaria). Ahora bien, como ZP es un ignorante atrevido, habla de un impuesto sobre transacciones bancarias internacionales. ¿Y eso qué es, señor presidente?.

Moviola: todos los impuestos son malos, porque son coercitivos y, con ello, merman la libertad del individuo. Un impuesto es siempre un mal menor.

Ahora, bien, la especulación y el excesivo sobreendeudamiento (apalancamiento) ha sido lo que provocó la crisis de 2007, que no ha remitido y amenaza con rebotar a lo bestia. Y sí, como ya he dicho hasta demasiadas veces, la única manera de parar la especulación financiera es golpear al especulador donde más duele: en el bolsillo.

Ahora bien, el problema de la Tasa Tobin, que de eso estamos hablando, no es a quién se recauda ni a qué se dedica lo recaudado sino quién lo recauda y quién decide su fin. ¿La ONU? Entones yo me borro. Si la presión fiscal crece en todos los países de Occidente tiemblo sólo de pensar que Naciones Unidas, sede del Nuevo Orden Mundial (NOM), liberticida por naturaleza, dispone de un dineral para seguir haciendo barbaridades en contra de la humanidad.

Para ser exactos, James Tobin proponía una tasa sólo a los mercados de divisas. Mercado, como todos, bueno en origen, pero que se ha degradado. El mercado de divisas nació para exportadores y turistas. Esa es su función positiva. El problema es que esa función, con el paso del tiempo, ha dado lugar a la mera especulación con divisas, sin ningún servicio ulterior ni para el comercio internacional ni para los viajeros. La parte especulativa, la parte parasitaria, del mercado de divisas representa ya el 98% del total. Y lo mismo ha ocurrido con el mercado de renta fija -sobre todo pública- y el de renta variable.

Pero, además, la banca no es por sí, mala. Los mercados financieros, tampoco. Ha sido la degradación de ambos. En bolsa, el mercado primario es estupendo: financia a la economía real. Parte del mercado secundario también. Lo que no ayuda a la economía real, sólo crea burbujas que estallan periódicamente, son las titulizaciones, los productos estructurados, la mayor parte de los derivados, las ventas a pérdidas, etc.

En banca ocurre lo mismo: los medios de pago, la domiciliación de recibos, el descuento comercial, los depósitos, los créditos hipotecarios, en suma, la banca comercial, es bonísima y no debe ser gravada. Por contra las actividades de capital-riesgo, el project-finance y, en resumen, la gran mayoría de las actividades de banca de inversión constituyen un desastre para la economía real. A esto se refería el presidente del Banco Santander, Emilio Botín.

Además, cuando se habla de especulación sólo se piensa en la especulación privada. Pues bien, la peor y más dañina de las especulaciones son los gobiernos demagógicos que emiten deuda con manguera para ofrecer a los ciudadanos, cambio de sus votos, unas prestaciones imposibles de mantener en el tiempo.

Por lo tanto, no se trata de gravar a la banca (¡qué cara tiene ZP: después de salvar con el dinero de los pobres, ahora quiere gravarla para dar de comer a los pobres!) sino las actividades bancarias y bursátiles especulativas, que es distinto.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com