Es tradición que el consejo de ministros anterior a la Semana Santa, el gobierno indulta a determinados presos por sugerencia de las cofradías religiosas. Un dato que este año ha pasado casi desapercibido. Pero imagínense que la vicepresidenta De la Vega comparece en su tradicional rueda de prensa posterior a los consejos de ministros y afirma lo siguiente: Para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y a propuesta de las cofradías religiosas, el Gobierno ha acordado tomar la medida de gracia del indulto de Fulano.
Inconcebible, ¿verdad? Pues eso es lo que ha ocurrido en Filipinas. La presidenta, Gloria Macapagal, anuncia que la conmutación de la pena de muerte de 1.000 presos por cadena perpetua para conmemorar la Resurrección de Cristo. Así, como lo leen. Y no ha pasado nada. O casi nada. La oposición le critica que el discurso religioso es un guiño a la Iglesia para que no torpedee las reformas sociales que pretende afrontar.
Pero en todo caso, sigue llamando la atención. Porque también la vicepresidenta De la Vega se hizo la foto con Sodano para destensar las relaciones y no se le ocurre hacer mención religiosa alguna. Y Zapatero se permite corregir a Cristo afirmando que es la libertad la que nos hace verdaderos, pero no tiene problema alguno en buscar la fotografía con Benedicto XVI. Son dos estilos distintos, sin duda.