De igual forma se ocultó el carácter abortivo de la Postinor y la Norlevo (fabricantes: los laboratorios Bayer y Chiesi), así como la imposición a las farmacias de expedir el peligroso fármaco a toda chica de 16 años que lo solicite.
A día de hoy, la PDD se ha convertido en el principal método de aborto químico en España, así como uno de los instrumentos de perversión moral de jóvenes y adolescentes más eficaces con el que cuenta el mercado de la muerte. Es tan simple: no hace falta ni pagar, porque los centros municipales de Sanidad y las ONG tan preocupadas por las personas ya nacidas se las ofrecen gratis a cualquier adolescente chifladas tras una noche loca.
La PDD mata niños y también se carga el derecho a la objeción de conciencia de los farmacéuticos. Y ojo, porque sin objeción de conciencia no hay derecho posible. Es una mera cuestión de coherencia.
Eulogio López
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