Es el ejecutivo que mayor patrimonio ha hecho a costa de sus accionistas, en toda la historia de la empresa española

Generoso hasta el último aliento, austero hasta la indigencia, solidario hasta el umbral de pobreza, el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Francisco González, está dispuesto a renunciar en 2010 a su cláusula de rescisión -en roman paladino: el dinero que tienen que darle si le echan a la calle- que en 2008 asciende a 80 millones de euros.

Una decisión que le honra, dado que para aquel entonces el fondo de pensiones -al que no renuncia- superara esa cantidad, habida cuenta de que a 31 de diciembre de 2007, ya atesoraba 61,3 millones de euros. Además, si en 2010 no le han lanzado una OPA es que ya le ocurrirá lo mismo que a la oposición al Franquismo: que empezaron a hacer planes para cuando derribaran al dictador y acabaron aplazándolos para cuando se muriera.

La precitada austeridad también se deja ver en que en 2006 FG cobró 9,7 millones de euros, mientras que en 2007 se ha tenido que conformar con un 48% menos: tan sólo ha percibido 5,08 millones, claro que ello se debe a que no hubo bonus (lo habrá en dos años más, justo antes de que renuncie a su blindaje).

¿Cómo se ha ganado FG la fidelidad perruna de su equipo directivo y el apoyo de Goirigolzarri, el consejero delegado, clave para echar a todos los ejecutivos procedente del antiguo BBV? Lo tienen aquí.

No cabe duda de que el presidente del BBVA pasará a la historia como el ejecutivo que mayor patrimonio ha generado en una compañía durante su etapa como asalariado, a costa de los propietarios u accionistas, claro está.

En el entretanto, la eléctrica Iberdrola superaba el jueves al BBVA por capitalización. Cuando se quedó como presidente único tras haber echado a Emilio Ybarra (al que los tribunales han absuelto), el BBVA era la segunda firma de la bolsa española por capitalización, con 40.000 millones de euros, mientras Iberdrola valía 12.000 millones. Ahora Iberdrola vale más que el BBVA, para ser exactos 50.000 millones de euros. Además, el Santander de Emilio Botín vale 72.000 millones de euros, mientras Telefónica continúa líder con 92.000 millones. Dicho de otra forma: el presidente más caro para los accionistas de toda la historia del BBVA es el que más ha despreciado al BBVA.