La ministra atribuye la crisis a la entrada de consumidores indios y chinos y a las malas cosechas
La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, negó en la mañana de este miércoles la que la producción de biocombustibles sea la causa del incremento de los precios de los cereales y otros alimentos de primera necesidad. La explicación de la ministra es que España sólo dedica el 1% de la producción agraria a los biocombustibles, una cifra que en Europa alcanza tan solo el 2%. Espinosa argumentó que España es deficitaria en el sector de los cereales, de modo que produce el 50% del cereal consumido y se ve obligada a importar el otro 50%. El aumento de la demanda, provocado a su vez por una mayor dedicación a la ganadería intensiva, habría dado lugar a la variación de los precios al alza. A pesar de que España ha producido un 25% más que en los últimos años, sigue siendo necesario recurrir al mercado internacional.
En el ámbito internacional, Elena Espinosa destacó la disminución que venía experimentando el stock de cereales y señaló que el número de hectáreas dedicadas a este cultivo no era proporcional a la demanda. Una demanda a la que se ha sumado el gran número de consumidores aportados por China e India y que ha coincidido con un período de malas cosechas provocadas por el clima en los principales países productores, como Rusia.
Ahora bien, hay que relacionar los esfuerzos de la ministra Espinosa por minimizar la importancia de los biocarburantes en el incremento de la demanda de cereales con el apoyo del Gobierno Zapatero al protocolo de Kyoto. Y no debe olvidarse que la crisis actual es el resultado de la Política Agraria Común llevada a cabo por la Unión Europea y las Farm Act estadounidenses. Ambas medidas han privilegiado los productos europeos y estadounidenses respectivamente mediante la subvención a los productos a cambio de la disminución en los cultivos. Se incurría así, junto a otras medidas como las arancelarías, en un ‘dumping' a gran escala que impide el acceso al mercado de los productos agrarios del Tercer Mundo, de igual calidad y menor precio… si se encontraran en libre competencia. Al mismo tiempo, las políticas agrarias provocaron el abandono de la agricultura y el éxodo masivo a las ciudades. De modo que cuando las dos grandes potencias mundiales se han dado cuenta de la necesidad de incrementar los cultivos, no quedaba en su territorio nadie que pudiera realizar esa tarea.
Algo similar ocurre con la leche. Mientras que Espinosa explicó en la mañana de este miércoles que a los chinos y a los indios les ha dado por beber leche y que España es incapaz de asumir la demanda por falta de materia prima, pasa por alto que las restricciones europeas dan lugar a absurdos como el que exponía el economista Xavier Sala i Martí, catedrático de Economía y asesor del FMI: en Tanzania es más barato comprar leche holandesa, a pesar de que el país africano cuenta con ganado suficiente y capacidad para la esterilización del producto.