No está todavía satisfecho el señor Zapatero con el daño que ya ha ocasionado a la sociedad española, que busca aumentar éste.
Con su habitual engaño, embuste, manipulación, farsa, argucia del lenguaje, pretende otra nueva ofensa al pueblo. Como está observando que sus posibilidades de mantenerse al frente del poder se desvanecen, se dará prisa en humillarnos y destruir los pocos valores que aún nos quedan. Naturalmente hará creer a los todavía crédulos que es algo maravilloso, necesario y honesto, cambiando el sentido de las palabras; llegarán a tragarse que cualquier asesinato es maravilloso si lo llamamos derecho o muerte digna. Y aprovechando la ocasión, así nos oculta los otros graves problemas de España con esa columna de humo, columna llena de llamas incendiarias que nos destruirán a todos.
Ahora se nos presentan con ese cuento de muerte digna. Mire, señor Zapatero, eso cuénteselo a otro. Nunca puede ser digo morir como los cerdos; morir dignamente es hacerlo con muerte natural, cómo y cuando Dios lo estime oportuno. Usted pretende legalizar el asesinato de los ancianos para ahorrarse pensiones. ¿Lo quiere más claro? Igual que ha desarrollado una ley para matar a los niños no nacidos y así enriquecer una industria asesina. Usted piensa que todos los españoles somos imbéciles: ¿puede haber mayor cinismo que intentar hacernos creer que matar a su hijo puede ser un derecho de la mujer? ¿Puede haber mayor cinismo que intentar hacernos creer (aunque lo diga con cara de bueno el mayor mentiroso del Reino) que asesinar a un anciano es muerte digna?
La pésima gestión del Gobierno en lo relativo a la economía, el desastroso proceder con la grave situación laboral (somos los peores de Europa), los valores hurtados a las nuevas generaciones de forma insistente, la compra permanente de apoyos a los nacionalistas con nuestro dinero, la sumisión del Estado de Derecho a terroristas, la soledad de su Gobierno en el ámbito internacional, acercándose solo a regímenes totalitarios, el adoctrinamiento a los niños y jóvenes para acercarlos a su perversa ideología, etc., son los hechos que pretende ocultar con la nueva columna de humo, para lo que ha destinado a ser su mano derecha al más experto y discreto manipulador y mentiroso que ha pasado por su partido.
Pablo Delgado