Los nacionalistas vascos se empeñan en afirmar que la situación vasca no es parangonable a la catalana. Pero la realidad es que los partidos que forman parte del Pacto de Barcelona tienen muchos factores en común: el odio a España. Eso sí, curiosamente odian a España en la lengua común. Paradojas del destino.
Y esto de negar lo evidente da lugar a situaciones muy jocosas. En la mañana de este jueves el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, apuntaba que no podía hablar de Cataluña porque se trata de cuestiones diferentes. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Eso sí, añadió que mantiene una relación de afecto, aunque apunta a que el problema fundamental de Cataluña la financiación- no existe en el País Vasco por mor del concierto económico vasco.
Están alejados los dos problemas que el presidente de la Fundación Sabino Arana acudirá este viernes a Barcelona a pronunciar una conferencia invitado por la Escuela de Administración Pública de Cataluña. Asistirá como anfitrión... sí, el conseller de gobernación, Xavier Vendrell. Pero la negociación de Perpignan no tiene nada que ver con todo este proceso. Y tampoco tiene nada que ver el hecho de que el alto el fuego fuera decretado al día siguiente de ser aprobado el Estatut.
En este contexto, Imaz ha recordado en la mañana de este jueves lo ocurrido en la noche parlamentaria del 1 de febrero de 2005:
- Traigan Uds. una propuesta como la catalana, apunta el Presidente Zapatero
- Oiga, ¿y dónde se ha quedado el respeto a la pluralidad de las diferentes regiones de España?, responde el peneuvista Erkoreka
- No, oiga, traiga Ud. la propuesta vasca que la aprobamos ahora mismo, señala Duran saliendo al quite.