La verdad es que ni Siemens cumplió su palabra, ni el Gobierno Iglesias lanzó el centro de investigación de Aragón. Eso sí, Montes eliminó la sociedad anónima de Amper e integró la factoría en Siemens, lo que ahora ha facilitado el cierre. Para justificar una decisión que deja a 311 trabajadores en la calle, los alemanes hablan de corrupción en la factoría. El PSOE teme consecuencias electorales en la zona. Por si Montes no tuviera suficientes problemas, el director general de Siemens mantiene un fuerte enfrentamiento con Francisco Belil, que no quiere verle en su despacho de Siemens España
Le tildan de "persona non grata en Aragón". El Gobierno de Marcelino Iglesias la ha cogido con el más alto cargo español en la multinacional Siemens -al menos por el momento- Eduardo Montes, por el sierre de Siemens-Elasa, la factoría que fabricaba instrumentos de telefonía. El cierre ha resultado tan fulgurante que nadie se cree las promesas del actual número 1 de Siemens en España, el consejero-delegado Francisco Belil de recolocar a parte de los 320 trabajadores despedidos.
Un caso más de deslocalización pero que, en el presente caso, especialmente peculiar y un poco sangrante. ELASA era una fábrica de Amper, entonces -y aún hoy, al menos de hecho- filial de Telefónica. Siendo Eduardo Montes presidente de Siemens-España pagó el "impuesto revolucionario" de comprar ELASA con el ambicioso objetivo de aumentar su facturación con Telefónica, al tiempo que recibía subvenciones de la Diputación General de Aragón. De hecho, la compañía estuvo en beneficios hasta hace tres años.
No sólo eso, Siemens prometió instalar un centro de Investigación de la firma en Zaragoza, pero nunca cumplió su palabra. Y lo que es más importante: es el principal proveedor de Telefónica en materia de redes de telefonía móvil.
Si Siemens no ha cumplido, el Gobierno aragonés tampoco ha movilizado el centro de investigación de la compañía. Que ha quedado en el olvido. El actual consejero-delegado de Siemens-España, Francisco Belil, ha intentado poner paz advirtiendo que podría recolocar a los trabajadores en otros cienos de Siemens. Nadie parece haberle creído: lo cierto es que unos 311 empleados se van a la calle.
Del Gobierno español pude esperar poco. ZP y Merkel son dos líderes que se dan la espalda. Por otra parte, Eduardo Montes ex presidente de Siemens-España y hoy miembro -al menos todavía- del directorio de la multinacional alemana pasa sus peores momentos. Como ya hemos informado, el nuevo líder de la multinacional, Peter Loscher, casado con la española Marta Montal, quiere prescindir de Montes y de toda la vieja guardia de la multinacional por los casos de corrupción, a pesar de que a Montes no se le ha podido probar absolutamente nada.
No sólo eso, Montes también está enfrentado con su sustituto en España, Francisco Belil, quien se queja de que cuando llega a nuestro país, Montes acostumbra a utilizar el despacho de Belil.
Los consejeros de Economía e Industria del Gobierno socialista de Aragón, Arturo Aliaga y Alberto Larraz, así como el presiente de Aragón, Marcelino Iglesias, teme las consecuencias electorales del cierre.