Sr. Director:
El 29 de octubre, se firmó en Roma la Carta Magna Europea que afecta a 450 millones de personas, la cual eludió mencionar a Dios y a las raíces cristianas del viejo continente, como ocurrió en la Constitución de 1978. Pero, curiosamente, en el salón donde se efectuó la firma había una gran estatua-relieve del Papa Inocencio X, además de la vistosa pancarta-tapete del emblema europeo de doce estrellas con fondo azul, diseñado por el ferviente católico Arséne Heitz, el cual se inspiró en la advocación mariana de la Virgen Milagrosa, según el capítulo 12 del Apocalipsis.
Los euro-laicos, sin pretenderlo, se ven impregnados de la base espiritual cristiana que fraguó las raíces de Europa y aún palpitan por todas partes.
Juan Francisco Fernández
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