Sólo por casualidad, el gobernador socialista presiona más a las entidades de comunidades del Partido Popular, en especial, a Castilla-León

La excusa del supervisor es la crisis de liquidez que sufren algunas entidades. Pero las cajas no son las únicas afectadas: Juan Manuel Quintás ya advirtió a MAFO que por cada caja en dificultades él podría citarle cinco bancos. Al fondo, late la obsesión del progre-capitalista MAFO por acabar con las entidades de ahorro.
El presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Juan Manuel Quintás, se entrevistó en su día con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) justo cuando se comenzó a hablar de dificultades en algunas entidades como consecuencia de la crisis de crédito. El socialista MAFO le habló de cinco cajas de ahorros con dificultades de liquidez. Quintás le advirtió que por cada cinco cajas con dificultades él podría hablarle de cinco bancos.

Y es que todos saben que el progre-capitalista MAFO, primer gobernador con carné del PSOE, con cargo no pactado con la oposición, le tiene inquina a las cajas de ahorros. Quieren que se conviertan en bancos, en sociedades anónimas y, como, por el momento no puede conseguirlo, se conforma con hacer valer la teoría del tamaño: es decir, la doctrina que defiende es que sin tamaño no se pueden afrontar los periodos de vacas flacas.

Como, en efecto, la crisis de liquidez es importante, MAFO está utilizando la crisis para forzar fusiones. En ocasiones aprovecha procesos ya abiertos y, en otros, los impulsa. Su objetivo es el de una sola caja de ahorros por comunidad autónoma, siempre bajo la guía de reforzar la solvencia. Por ejemplo, en Euskadi alude al excesivo riesgo de la Kutxa, aunque el objetivo de fusionar las tres cajas de ahorros vascas siempre ha sido político, muy querido por el PNV. También pretende el gobernador que se fusionen cajas de ahorros catalanas pequeñas, y para ello cuenta con el presidente de Caja de Ahorros de Catalunya, Narcís Serra, siempre deseoso de ejercer en política.

Y en Valencia, aunque hablarle al presidente Camps de fusionar Bancaja y CAM es mentarle la bicha. En Galicia, el bipartito no quiere meterse en el berenjenal de una fusión Caixa Nova-Caixa Galicia, aunque sus equipos directivos están pidiendo a gritos una renovación.

Y donde más insiste MAFO es en Castilla y León. Quiere que las cinco cajas de la región controlada por el PP -con la exclusión del Círculo Católico de Burgos -vinculada al empresario a Méndez Pozo- se fusionen en una sólo. El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera es partidario de una fusión de las dos cajas grandes (Caja Duero y Caja España- y de las tres pequeñas, Burgos, Ávila y Segovia, una región, donde, curiosamente, las tres cajas pequeñas son más solventes que las dos grandes.

Por cierto, cuando hablamos de solvencia -tanto en el caso Kutxa como en los casos de Caja España o Caja Duero- no hablamos de crisis serias, sino de una penuria de liquidez que ha llevado a cruzar operación en el interbancario a 225 puntos básicos sobre euribor. Sólo eso. Pero a MAFO le encanta aprovechar las oportunidades.