El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha emitido una sentencia, de fecha 10 de noviembre, en la que declara nulo el decreto de escolarización de la Junta de Castilla-La Mancha. El decreto de la Consejería de Educación había generado mucha polémica porque establecía unos criterios de escolarización que discriminaban a los centros religiosos concertados.
El entonces presidente de la Junta de Comunidades, José Bono, había garantizado al entonces cardenal primado, Monseñor Marcelo González, que ese decreto no vería la luz. Pero la burra parió. "No lo he podido parar", es todo lo que Bono le supo decir a don Marcelo. Eso sí, agonizando el Cardenal Primado, el ya ministro de Defensa metió las cámaras de televisión en el lecho del dolor para darle el último adiós. Y no contento con su falta de humanidad, quiso también ser el muerto en el entierro y se coló de mala forma en el funeral íntimo. Cámara en ristre, por supuesto.
Al final, Bono cumplió su promesa. Pero por vía judicial. Porque ha sido el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha quien ha invalidado el decreto de admisiones escolares. Y en señal de respeto de las decisiones judiciales, desde la Consejería de Educación se ha calificado la sentencia como "panfleto" porque el ponente resulta ser sobrino de Monseñor Rouco. No se discuten los argumentos jurídicos, sino los genealógicos. Así que vayan preparándose los familiares del presidente de la Conferencia Episcopal.
Y cómo no, tan valientes declaraciones de desacato a la Justicia se realizan en "TeleBono", el canal local de la comunidad manchega, que siempre ha gozado del mimo del "patriota pero no de loj de loj tanquej". Todo queda en casa.