• El presidente del Gobierno tiene claro que el acuerdo con CiU es imposible y sólo espera a la caída de Artur Mas.
  • Si el precio del 'delirio' del president para la victoria es de ERC, que pase.
  • La vicepresidenta Joana Ortega da otro quiebro: cree que no se debe instar a incumplir la ley, pero pide a Rajoy que no dé "instrucciones" al TC.
  • CiU votará a favor de la comparecencia de Pujol. Si no lo hace, Esquerra insiste en una comisión de investigación sobre fraude fiscal.
  • Y Andorra, mientras, advierte a Ruz de que sólo colaborará sobre Pujol Ferrusola si le imputan delitos de corrupción.
  • El paisaje electoral cambia: ERC ganaría las autonómicas, con los puntos que pierde CiU, y Podemos sería la cuarta fuerza, después del PSC.

En Cataluña los silencios de Pujol empiezan a poner nerviosos a los nacionalistas de todos los colores, de CiU a Esquerra. Y, paralelamente, también la otra cuestión, que no es una minucia, sobre la legalidad o no de la consulta y lo que eso implica. Ya es significativo que la 'número dos' de Artur Mas, la vicepresidenta Joana Ortega (en la imagen), haya vuelto a decir esta mañana que su partido, como ningún otro "con voluntad de gobierno, y no residual, puede pedir a un Gobierno que actúe al margen de la ley. Estamos en un Estado democrático y las normas deben cumplirse".

Ahora bien, ha insistido también en que "la decisión la tomaremos conjuntamente, no la tomará el Tribunal Constitucional". Por eso, ha añadido, deben ser el Gobierno y Rajoy quienes promuevan la separación de poderes y, para ello, deben dejar de dar "instrucciones" al TC.

Pero la realidad es que Rajoy, según fuentes de Moncloa, juega ya en otro partido. Tiene claro que el acuerdo con CiU es imposible y sólo espera a la caída de Artur Mas, que también se puede precipitar (nadie confirma ni desmiente que al 'caso Pujol' siga un 'caso Mas'). A Rajoy no le importa, incluso, que gane Esquerra y llegue a la Generalitat si es el precio que debe pagar CiU por los 'delirios' de Artur Mas. No les quedaría otro remedio que rebajar el discurso, porque la gestión publica es lo que tiene. Una cosa es hacer manifestaciones y otra pagar al maestro.

Respecto a lo de Jordi Pujol, Josep Rull, de CiU, ha dicho con claridad esta mañana que su partido quiere que Pujol dé "las explicaciones pertinentes más allá de un comunicado sucinto" -en referencia al anuncio de su 'pufo fiscal' de 34 años-, y que mañana votará a favor de la comparecencia en el Parlament del ex presidente.

No le quedaban muchas opciones, después de que Esquerra haya vuelto a insistir hoy también -a través de su portavoz, Anna Simó-, que si Pujol no comparece esta semana en el Parlament pedirá una comisión de investigación sobre el fraude fiscal (para tirar de la manta, en roman paladino). Su voluntad, oh cielos, es construir un Estado catalán sin corrupción.

Y mientras planea la comparecencia, y cómo, de Jordi Pujol, la juez de Andorra que tramita la petición de información que ha pedido el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz sobre las actividades del mayor de los Pujol, Jordi Pujol Ferrusola, ha señalado que sólo colaborará si el presunto delito de blanqueo de capitales está relacionado con otros de corrupción.

Lo cierto es que Esquerra está crecida porque en el proceso soberanista ha tenido que ganar mucho más de lo que CiU ha tenido que perder. También electoralmente. La última encuesta, publicada hoy lunes por El Mundo, mejora en diez puntos su resultado en las autonómicas de 2012. Pasaría del 19,1% al 23,2% de los votos, mientras que CiU bajaría 11 puntos, hasta el 19,1%. En definitiva, ERC ganaría unas elecciones en las que sólo suben Podemos, que irrumpiría en el Parlament con un 12,4% de los votos y la CUP ( 0,1%), que lograría un 3,6%. El resto bajan: PSC (-0,6%) al 13,8%; PP (-3,5%) al 9,5%; Ciudadanos (-0,1%), al 7,5%; y ICV-EUiA (-4,3%), al 5,6%.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com